CON CRISTO LA VIDA CAMBIA
UN CUMPLEAÑOS QUE CAMBIÓ MI VIDA
El 23 de mayo del 2017, día de mi cumpleaños, ingreso de urgencias a una reconocida clínica en Barranquilla, en donde estuve por tres meses en coma profundo. Día atrás presentaba cuadros de fiebres, mareos, fuerte tos, vómitos, vista nublada, fuerte dolor en la cabeza y debilidad en el cuerpo.
Los galenos del centro asistencial me diagnosticaron neumonía y me practicaron una traqueotomía.
Durante los tres meses que me mantuvieron en la clínica, cuenta mi madre que, yo había fallecido el 28 de mayo. Los médicos le pidieron autorización a ella para que me desconectara porque ya no tenía signos vitales. Mi mamá, como toda mamá y creyente en Dios, no aceptó esas palabras.
DEL INFIERNO A LA GLORIA. CONOCÍ A SATANÁS Y A JESÚS.
Cuenta la directora de la clínica que yo duré once minutos muerto, literalmente. En ese lapso de tiempo, tuve la experiencia más agridulce de mi vida: conocí a Jesús y a Satanás.
Ví mi cuerpo tendido en la camilla y varios demonios que estaban riéndose de mí, junto con un hombre negro de dientes de oro y ojos incandescentes que me amenazaba y hacia seña que iba a degollarme y que veía cuando me subieron a la ambulancia y mientras estaba consiente en UCI. De repente me agarran de la mano los demonios y desaparezco, luego aparezco en un lugar extraño, lleno de criaturas horribles, voces y gritos de lamentos, en ese lugar había volcanes y ríos de candela, en el estaban personas pidiendo perdón y auxilio, sujetos trepando por las paredes rústicas de los volcanes. Señores, yo me encontraba en EL INFIERNO. Lo supe porque aquél hombre negro con dientes de oro me lo dijo al verlo ahí sentado en una silla grande con carabelas, cuerpos en descomposición y grandes serpientes.
No aguantaba el olor putrefacto ni a azufre, muchos menos el calor ni los gritos de personas o almas pidiendo misericordia. Eso fue lo que yo pedía e invocaba a Dios que me sacará de ahí y que me diera una oportunidad.
Escuchaba aparte de gritos, un ruido muy fuerte y estruendoso, eran las compuertas que se abrían y cerraba de seguido. No podía creer lo que veía, de arriba caían personas al lago de fuego.
Sin darme cuenta me encontraba atado con cadenas de pies, manos y boca abajo. Pedía auxilio y solo veía que gusanos grandes y serpientes recorrían cada centímetro de mi cuerpo, entraban y salían de todos los orificios que tenemos.
JESÚS LA LUZ DE LA ESPERANZA
Veo una luz resplandeciente que impedía mi visión, sus pies estaban suspendidos en el aire, con una vestimenta dorada con blanco y una voz como de trueno que me dijo: ¡Ven a mí! Y yo respondo, ¿Por qué voy a ir a ti, tú serás otro demonio más que quiere demorarme. Aquella voz me dice, ¡Soy tu camino, tu verdad y tu vida!
¿Eres Jesucristo?, no creo. Seas quien seas, sácame, por favor de aquí.
Satanás le dice a aquella voz: Jesús déjalo aquí, él me ha servido más a mí que a ti. En ese instante me di cuenta que estaba de frente con el hijo de Dios, empiezo a llorar y a gritar, Dios sácame, perdóname, hago lo que quieras, pero sácame d este lugar tan feo, no aguanto el calor y estos demonios y muertos. Llévame al cielo donde vives con Dios.
Jesús me dice, aún no te has ganado el cielo, este lugar tú lo elegiste por tus acciones. En nombre de mi padre te daré una oportunidad.
DE REGRESO A LA VIDA
Luego despierto saltado del susto, las enfermeras dicen, paciente ha despertado y está sobre saltado. Llegan dos médicos y uno de ellos me pregunta, ¿Te sientes bien? Pareces que ¡viste al diablo. Estás muy agitado y asustado!.
Durante mi hospitalización pesé dieciocho kilos, cuando me de dieron de alta pesaba veinte kilos. Quedé postrado en una cama casi un año. Los médicos dijeron que yo recuperaría la movilidad del cuerpo dentro de un año. En ese tiempo yo iba a volver a caminar.
¡Para la gloria y honra de Dios caminé antes del mes!.
UN NUEVO COMIENZO
Este viaje me ha transformado. He aprendido a valorar cada momento y a vivir con fe y esperanza. Comparto mi experiencia para inspirar a otros a creer en el poder del amor y la bondad. Soy un testimonio vivo de la redención y la gracia divina.
Mi historia es un canto a la vida, un himno a la esperanza. He regresado del infierno para compartir un mensaje de amor y transformación. Agradezco a Dios por esta segunda oportunidad, y prometo vivir cada día con intensidad y propósito.
Actualmente estoy sano, gracias a Dios. Continúo viviendo en Barranquilla con mi mamá, mis hermanos, mi esposa Janin y tengo la bendición de tener dos hijos, quienes son mis muchachitos, Iván Andrés Meneses y “El gran “Iván Leonardo Meneses.
LA PASIÓN POR EL PERIODISMO
Sigo ejerciendo el periodismo en este prestigio periódico donde tengo la oportunidad de informar, contar historias y conectar con la gente.
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LA FE COMO PILAR FUNDAMENTAL
Mi familia y yo nos congregamos en la iglesia cristiana Sendero de Dios. La fe se ha convertido en un pilar fundamental en mi vida, una fuente de fortaleza y esperanza.
EL CAMINO CONTINÚA
Mi viaje en el mundo de la comunicación continúa, sigo aprendiendo, creciendo y buscando nuevas oportunidades para compartir mi talento. Soy un comunicador apasionado, un narrador de historias, un buscador de la verdad. Y seguiré adelante con la misma determinación que me trajo hasta aquí.
Agradezco a mi familia, a mis amigos y a todos los que han creído en mí. Sin su apoyo, este sueño no sería posible. Barranquilla me brindó la oportunidad de convertirme en el profesional que soy hoy. Y desde aquí, seguiré contando historias, informando al mundo y dejando mi huella en el camino.
TEMAS ENLAZADOS.
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Vida y obra de Iván Meneses (II). Mis dos pasiones: la música vallenata y el periodismo