Por: Blaicer Moreno Córdoba*
Como municipio está la administración en la válida senda de permitirnos prosperar y desarrollarnos, acudiendo para ello a múltiples enfoques teóricos y prácticos, necesarios para consolidar tales propósitos, ruta en la que repito, está, camina y va desde lo institucional, la educación y la salud, o la innovación, como han propuesto en su orden Acemoglu, Robinson y Johnson; Amartya Sen; y, Paul Romer. Esta comprometida la actual administración en garantizar un municipio sólido, incluyente y estable, lo que ha llevado a analizar las tendencias contemporáneas de la administración pública con base en los procesos de cambio generados en la sociedad y el Estado, influidos por factores que impulsan a la globalidad, las reformas institucionales, el rediseño de los sistemas de gestión, la importancia de fortalecer las capacidades directivas y el imperativo de valorar a la democratización como un medio que permite a las instituciones administrativas abordar nuevos y viejos problemas más allá de planteamientos mercantiles y gerenciales.
Es lo cual propósito cierto que se ha considerado y convencido se está que puede hacerse sosbre la base que las realidades que enfrentamos se caracterizan por el comportamiento cada vez más activo de los espacios públicos, las relaciones de corresponsabilidad y la estructuración de aptitudes que demandan mejores respuestas de gobierno para atender, ordenar y solucionar exigencias cuyo origen está en la pluralidad y diversidad de la sociedad civil, entendida ésta como un sistema de convivencia y cooperación que propone como objetivo, y con el auxilio de la autoridad pública, la superación de restricciones para desarrollar condiciones de realización individual y colectiva.
Para ello se ha entendido que tenemos que hacer una administración pública moderna, la cual tiene raíces que la definen como una disciplina con identidad propia y se encuentra viviendo cambios y transformaciones que apuntan hacia la aceleración de los acontecimientos y hechos que son la cara de una etapa de la historia universal, caracterizada por la revisión de postulados y la reafirmación de elementos clásicos, toda vez que lo clásico es duradero, sobrevive a épocas y tiempos sin perder su esencia y aportaciones, siendo además el punto de partida de un arte, ciencia, disciplina o profesión que perdura con alcance longevo y secular; sentido en el que es el antecedente más sólido para invocar y recuperar lo que ha sido y es el desarrollo del conocimiento científico, humanista y tecnológico.
Está esta administración presta y dispuesta a superar las posiciones que seguirá apostando por los detalles operativos, la aplicación de técnicas y la visión instrumental como un campo de estudio con elementos de reflexión, problematización y construcción, en la verdad que hoy por hoy las tendencias que caracterizan su desarrollo son explicables en razón de los cambios en la sociedad, el mercado, el Estado, la vida comunitaria, la acción organizada de los ciudadanos, la creciente innovación tecnológica, la reforma de las instituciones, el rediseño de los gobiernos, la complejidad de las relaciones interorganizacionales y la nueva dinámica de las relaciones intergubernamentales, que hacen parte del contexto de la globalidad que modifica la actividad en la sociedad, obliga a rediseñar procesos, reordena el vínculo entre políticos y administradores públicos, originando la revisión de sus capacidades de dirección e implementación; nunca como moda, sino como condiciones, procesos y resultados a logar que incidirán en la organización y funcionamiento.
Quiere en definitiva cambios y transformaciones positivas esta administración para hacerlos efectivos en todos los órdenes de la vida comunitaria, intensificando cambios, superando fronteras, multiplicando su dinámica para dar cumplimiento al alcance de sus tareas, sobre la base de la revisión de las políticas públicas, que es hacer posible lo necesario respondiendo a nuestras condiciones reales de vida, lo que requiere de alterar, modificar o redefinir tomando en cuenta que el cambio es la única constante en la vida de las instituciones, los procesos, los sistemas y las estrategias que se adoptan acercándose para ello al análisis de las tendencias, considerando factores estructurales en la necesidad de llevar a cabo reformas institucionales y en la adopción de políticas públicas que centren su ubicación funcional en otras formas de cooperación, que, desde la sociedad, es posible aprovechar para dar paso a nuevas capacidades públicas desde la propia administración pública.
*Administrador de Empresas. Conferencista. Columnista. Asesor y Consultor Político