Por: Gloria Zuleima Curvelo Alfonso*
Liderazgo es el conjunto de habilidades y destrezas de manejo, que una persona tiene para influir en la forma de actuar de ellas o en un grupo determinado, ocasionando que estos se desempeñen con entusiasmo, alrededor del cumplimiento efectivo de los objetivos y metas propuestas. El liderazgo femenino hace referencia a la participación de la mujer dentro de una organización, ejerciendo liderazgo, gestionando equipos y articulando estrategias. La presencia de mujeres en equipos directivos se asocia con un mayor compromiso social; es importante por cuanto es clave para fortalecer las estructuras. De hecho, la participación de la mujer en cargos directivos se asocia a un mayor compromiso social, trabajo colaborativo y a buscar alternativas o cambios positivos. lo cual permite generar mejores ideas y trabajar más eficientemente en equipo y son algunas de sus características que lo determinan por ser sociables, expresivas y cercanas, lo que brinda mucho potencial a la hora de lograr compromisos, sea con los objetivos de la organización o en un proyecto en particular.
La participación, por su parte, es un proceso democrático que implica el compromiso individual y colectivo para conseguir la transformación del entorno, en busca del interés general; y políticamente, el conjunto de acciones llevadas a cabo por los ciudadanos que no están necesariamente involucrados en la política de forma directa, y cuya acción pretende influir en el proceso político y en su resultado.
Aún hoy, el liderazgo y la participación política de las mujeres están en peligro en los +ámbitos local y mundial al tener poca representación, no sólo como votantes, sino también en los puestos directivos, cargos electos, administración pública, sector privado o mundo académico. Esta realidad contrasta con su indudable capacidad como líderesas y agentes de cambio, y su derecho a participar por igual en la gobernanza democrática.
Enfrentan dos tipos de obstáculos a la hora de participar en la vida política. Las barreras estructurales creadas por leyes e instituciones discriminatorias que siguen limitando las opciones que tienen para votar o presentarse a elecciones. Las brechas relativas a las capacidades implican que tienen menor probabilidad que los hombres de contar con la educación, contactos y recursos necesarios para convertirse en líderesas eficaces.
Hecho cierto es que siguen estando marginadas de la esfera política en el mundo como resultado de leyes, prácticas, actitudes y estereotipos de género discriminatorios, bajos niveles de educación, falta de acceso a servicios de atención sanitaria, y debido a que la pobreza las afecta de manera desproporcionada; y si bien algunas han conseguido superar estos obstáculos, y sido elogiadas por haber influido positivamente en la sociedad, debe seguirse trabajando para lograr la igualdad de oportunidades.
En vía de soluciones, deben establecerse compromisos sobre su representación, eliminar todas las formas de discriminación, defender el derecho a participar en la vida pública, borrar los obstáculos para la participación igualitaria y medir los avances hacia la igualdad de género. Alcanzar estos fines, entraña más capacitación para ayudar a las candidatas políticas a desarrollar sus capacidades, soportarse en formación cívica y electoral relacionada con la igualdad de género, respaldar y defender dicha igualdad en los partidos políticos, gobiernos y otros actores para que cumplan con sus obligaciones de fomentar su empoderamiento, así como acudir a otras iniciativas que alienten a todos a participar en actividades de promoción para lograr que los responsables de formular políticas públicas prioricen la igualdad de género. Es promover la adopción de nuevas leyes y la introducción de reformas constitucionales para garantizar su acceso equitativo a las esferas políticas, como votantes, candidatas, representantes electas y servidoras públicas.
*Trabajadora Social. Tallerista. Líderesa, Asesora y Consultora Comunitaria. gloriacurvelo27@gmail.com
