Por: José Manuel Herrera Brito

Vivimos en un planeta en el que la mayoría de quienes lo habitamos somos controlados de un modo tanto angustioso como desesperante, en el que la libertad se va diluyendo poco a poco de manera apenas perceptible. Ese mundo ya existe, está aquí, es este y lo estamos viviendo. Es el universo de “el gran hermano”, lleno de sensores, inteligencia artificial, drones, cámaras de televisión, bigdata, identificación facial, entre otros muchos artefactos y métodos, que permiten conocer y saber por ende lo que hace cada individuo.

La proliferación de aplicaciones en los celulares para unos o teléfonos móviles para otros, hace que toda la información privada en su todo integral pase a contenerse en una base de datos; lo qué si bien es bueno y además útil en la lucha abierta contra la inseguridad, el terrorismo, las epidemias como las que actualmente el mundo padece, no lo es cuando no está sujeta a los límites propios que deben existir.

En algunos países se vienen implementando “premios o sanciones” para las personas de conformidad que cumplan o no con conceptos y criterios de comportamiento cívico. De la misma manera se habla de su aplicación en los sistemas de salud en cuanto si las personas cuidan de sí mismas o les cabe culpa de sus padecimientos. La publicidad, que además de apostarse en los medios tradicionales de difusión y comunicación, irrumpe sin permiso en los celulares, internet y correos electrónicos induciendo perversamente a consumir. El dinero electrónico avasalla sin que nos demos cuenta de lo que gastamos y hasta despilfarramos, lo que nos lleva en la mayoría de los eventos a la quiebra o a vivir esta moderna esclavitud, lo que amerita educarnos como consumidores para no llegar al siempre pesaroso endeudamiento excesivo.

Sistemas estos que además de fungir como elementos de control, igualmente son usados para causar males, con los graves efectos que lo cual entraña desde el control anónimo e invisible. Muchas fueron las luchas para un Estado de Derecho con fundamento en lo consciente y la sana crítica, ideales y valores para anteponerlo a los abusos que se cometían y soportaba la gente con ejemplar estoicismo. Hoy volvemos al ayer en esa tradición de abuso que amenaza en materia grave el ejercicio de una libertad plena.

En el derecho existen muchos instrumentos que protegen vida privada, datos personales, libertad y crítica, siendo importante además de urgente que se prosperen y agilicen los canales para su utilización de forma rápida, ágil y razonable económicamente hablando. Pero, antes que nada, necesario es plantear todos y cada uno de estos aspectos, estar alerta respecto de lo que nos está sucediendo, al tiempo de obligarnos a defender a ultranza los muy grandes valores históricos y esenciales soportes del Estado de Derecho y de la libertad plena. saramara7@gmail.com

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Un comentario en «EL CONTROL SOCIAL HOY»

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