SAÚL ALFONSO HERRERA HENRÍQUEZ

Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*

Ya se nos dice que el cambio climático -o mejor colapso climático- es el gran problema al que se enfrenta hoy la humanidad. Los combustibles fósiles están presentes en todos los aspectos de la vida moderna, pero quemarlos libera dióxido de carbono, un gas invisible que calienta la Tierra mediante la absorción de infrarrojos y permanece en la atmósfera durante miles de años. En 2018, el calentamiento de cerca de 1,2 °C por encima de la cifra de referencia ya ha tenido efectos inaceptables que empeorarán vertiginosamente si el calentamiento prosigue. En la última década se hicieron progresos en la ciencia climática, pero también hubo una serie de desastres naturales relacionados con el cambio climático que afectaron a humanos y no humanos. Aunque la sensación de urgencia aumenta, sigue muy por debajo del nivel requerido para evitar un calentamiento catastrófico que amenazaría la civilización tal y como la conocemos.

Definitivamente, lo que es indudable y no hay que más buscar, el  ser humano es el único responsable del desastre climático que estamos viviendo, lo que es indudable. Expertos del mundo consideran que la humanidad ha influido en el calentamiento de la atmósfera, los océanos y la tierra, lo que ha generado cambios rápidos en el planeta; razón de peso para que gobiernos, empresas y personas entendamos que el camino que debemos emprender con firmeza, voluntad y decisión para evitar la debacle que se anuncia por todos los confines del mundo.

Es evidente que las actividades humanas están provocando efectos muy devastadores, perjudiciales y peligrosos en el clima y los más se han hecho los de la vista gorda y oídos sordos a advertencias claras que requieren sacrificios y acciones especialmente por parte de los países más desarrollados. Los llamados negacionistas, unidos a la falta de consenso internacional y a los intereses económicos, han conseguido aplazar la adopción de medidas que de verdad consigan frenar, o al menos reducir, el lanzamiento de más gases de efecto invernadero, a la vez que se trabaje en la captura del dióxido de carbono que ya está en la atmósfera.

No hay tiempo para más dilaciones y mucho menos tiempo que perder, ya que importa y urge hacerle frente al calentamiento global entre todos antes que sus efectos sean irreversibles y lo que es peor, arrastre con ellos impredecibles consecuencias. Es comprometernos todos a emprender iniciativas con el objetivo principal de reducir las emisiones para que el aumento de la temperatura global y controlar así los daños. Es claro que los cada día y cada vez más intensos y frecuentes fenómenos meteorológicos extremos son ya un signo de que estamos alterando el clima. No se puede esperar más y hay que poner recursos económicos y buscar alternativas científicas para cambiar la tendencia y evitar con ello la gran amenaza que representa para el medio ambiente y para las personas. Dice la ciencia que es innegable el efecto directo de los humanos en el calentamiento global, ya se ha demostrado y es reconocido por los dirigentes políticos de los principales países del mundo que es ahora y no más tarde el momento de actuar por el bien de todos; de lo contrario, como dice la Doctora Debra Roberts, «Es probable que los próximos años sean los más importantes de la historia [humana]».


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Saul Herrera Henríquez. Abogado. Especializado en Gestión Pública. Derecho Administrativo y Contractual. saulherrera.h@gmail.com
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