Luis cesar perez gaitan

Por: Luis Cesar Pérez Gaitán*

Desastre administrativo, corrupción, violencias, desatención y la escasa confianza en el porvenir son para presentes y nuevas generaciones la esencia del desgano de intervenir en política, de participar activamente en los cauces mejores de la democracia, lo que conforma el fracaso en modelos que no se ajustan a lo que real y verdaderamente debe ser la democracia, ese sistema político en el que se gobierna bajo el control de la opinión pública, la cual no sólo sirve para enjuiciar la conducta de políticos y gobernantes, sino que es una concreción del espacio público en el que se construyen el sentido común y la voluntad general; vía mejor y superior para resolver las causas de la pobreza y la calidad de los servicios públicos, entre otros particulares y generales avances en beneficio comunitario.

No podemos permitirnos el lujo, por no cumplir democráticamente y es lo que mucho inquieta, que los nuestros estén dispuestos, como se escucha a diario en todas las esquinas, a dejar de lado el arraigo al municipio y ancestros para asimilarse a territorios con altos índices de discriminación. Importa hacer lo que posible y probable sea para crecer todos juntos aquí en nuestra tierra, trabajar por generar mejores oportunidades para que sus hijos tengan un mejor futuro, crear también las oportunidades de progresar, ofrecer mejores condiciones para el crecimiento y desarrollo, mejor salud y educación de calidad, razón por la que obligados estamos a combatir la pobreza, hacer como gran propósito que sean nuestros gobiernos capaces de construir políticas públicas que den opciones, acabar la corrupción, aumentar los rangos de empleos y trabajo, combatir la violencia sistemática y demás otros delitos, flagelos e irregularidades que son factores que motivan abandonar nuestras raíces y seguir sumidos en el atraso.

Siempre he pensado y muchas veces lo he expuesto, que nos compete fortalecernos y todos a una ir tras un mejor porvenir, tras un superior futuro, el cual concibo como ese imaginario social que condensa y moviliza una gran cantidad de creencias, aspiraciones e imágenes, así como valores individuales y colectivos, por lo que interesará que lo construyamos a partir de realidades concretas, de experiencias, de asumir aprendizajes de valores y actitudes. Requerimos imaginar un porvenir que nos consolide como pueblo, a ello no podemos renunciar, más por cuanto lo tenemos todo para serlo, para convertirnos y constituirnos en un municipio vanguardista, próspero, potente, que de proponérselo nos llevará a posicionarnos como una sociedad con altos niveles socioeconómicos para que jamás ni nunca volvamos a caer en entornos precarios, pobres e inseguros.

Requerimos y necesitamos focalizarnos como municipio, construirnos más y mejor día a día, encontrar mancomunadamente los caminos mejores para hacerlo, superar temores, preocupaciones y vacilaciones; ligarnos estrechamente a nuestros contextos, propias realidades y necesidades. Imaginarnos poderosos en un escenario cercano e inmersos en realidades. Hacer prevalecer nuestros valores ligados a la modernidad y el desarrollo. Es darle peso específico a las responsabilidades que como persona tenemos que asumir en beneficio colectivo y de cara al porvenir. No más imaginarnos en contextos de precariedad, corrupción ni violencias, toda vez que ellos reducen las posibilidades de construir proyectos de vida con libertad y limitan la imaginación y la prosperidad. Es en definitiva entender que el futuro deseado es aquel en el que todos mejoremos nuestras vidas. Es el porvenir que queremos y con la ayuda de todos podemos y vamos a tener.


*Luis Cesar Pérez Gaitán. luisperez19-14@hotmail.com – Estudios en Administración de Empresa. Líder Indígena y comunitario. Empresario

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