Por: Iván Meneses. Periodista de investigación.*
La Semana Mayor en nuestro país es una celebración en la que los más fervientes católicos reviven o recuerdan la pasión, muerte y resurección de nuestro salvador Jesús.
Durante los siete días santos los colombianos, reunidos en familia, asisten a las distintas misas y a las procesiones que se hacen por las calles de las ciudades y, principalmente, de los pueblos. En dichas procesiones se realiza el Santo Viacrucis, actuado por personas del común que interpretan a los personajes de la Biblia, como Jesús y otros.
Algunos feligreses deciden quedarse en casa disfrutando de las tradicionales películas religiosas, mientras degustan unos ricos dulces de diversos sabores hechos en fogón de leña.
Por las calles, parques, a la entrada o en el interior de supermercados y en centros comerciales de Barranquilla, nos encontraremos con más de dos puestos de ventas de dulces elaborados por familias procedentes de San Basilio de Palenque, la mayoría son mujeres, quienes cariñosamente son conocidas como las negritas de los dulces.
Una de ellas es la señora Derly Herrera, que endulza a los propios y turistas en el parque Suri Salcedo de la capital del Atlántico. Herrera nos manifestó en una entrevista que, a sus 46 años de edad, en Semana Santa todos los años, en compañía de sus hijas, familia y vecinos, ubica una mesa adornada con un mantel blanco en donde exhibe sus deliciosos dulces, los cuales prepara y vende hace 27 años. Con esfuerzo y amor ha mantenido esta tradición que heredó de sus ancestros, que ha pasado de generación en generación.
De coco, guandul, papaya (este último es conocido como dulcende caballito), de leche con coco, arequipe, mongomongo, de tamarindo, entre otros, son algunos de los sabores de dulces que ofrece la señora Derly. Con las ganancias que dejan las ventas por mayor y al detal ha sacado adelante a su familia.
“La cuarentena me trató regular. Vendía por pedidos a través de una página, pero puede salir adelante con mi familia”, sostuvo la señora Derly Herrera, tras preguntarle qué hizo durante las dos semanas santas de los años 2020 y 2021, que vivimos en la virtualidad.
Las tazas de dulces oscilan entre 5.000 pesos en adelante, dependiendo del tamaño. La señora vive en el Barrio el Bosque, al sur de la ciudad, e invita a las personas a que aprovechen los deliciosos dulces. Realmente están deliciosos, yo le compré uno de arequipe.
¡Buena esa, señora Derly, siga así!
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* Iván Leonardo Meneses– Comunicador social y Periodista de investigación.
