Por: Esther María Puche Martínez*
Hoy, la Iglesia Católica invita a todos sus feligreses a vivir con nuestro Padre la semana de Dolores donde preparamos nuestro corazón para recibir el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección que vivió Jesucristo por nosotros para redimirnos del pecado y llenarnos de amor y alegría.
Esto, nos debe poner a reflexionar y a orar muchísimo porque debido a la pandemia la humanidad, ha pasado por difíciles momentos de dolor y tristeza por la pérdida de familiares y amigos, el trabajo, la inseguridad, la incomprensión y separación de las relaciones afectivas, la violencia, la libertad y por miles de situaciones que aún siguen dándose por la falta de fe y confianza en Dios.
Con el tradicional Domingo de Ramos se abre paso a la Semana Santa. Recordemos que, este día se conmemora la entrada victoriosa de Jesucristo a la ciudad de Jerusalén en donde es aclamado por la muchedumbre en medio de ramos y palmas como el Rey Reyes y de amor; antes de ser detenido el Jueves Santo y crucificado el viernes. Es decir que, los cristianos estamos listos para disfrutar de lleno la Semana Mayor y, por consiguiente, la pascua.
Sabemos que, es una época sagrada que comienza con la bendición de los Ramos hasta el Domingo de Resurrección, son los dos domingos incluidos y corresponden con el tiempo más profundo del año litúrgico, el cual se extiende por 8 días o sea la semana completa. Pero ¿Qué acontece el lunes, martes y miércoles santo?
Pues bien: el día lunes, una fiel discípula de Jesús María Magdalena, en un acto muy humilde lava sus pies; el día martes se da la exaltación de la cruz la cual todos debemos abrazar por ser el símbolo más representativo de este acontecimiento y el miércoles, se da la reunión del Sanedrín judío que condena a Jesucristo anunciando estos días de luto en la iglesia por la pronta muerte del Mesía. Por tal razón, estos dos días jueves y Viernes Santo, son considerados días de guardar por la comunidad eclesiástica y por todos los cristianos.
Pero ¿qué significa guardar? Es conservar las tradiciones y costumbres de las fiestas pascuales. Sí nos remontamos a épocas pasadas se tenían en cuenta las siguientes costumbres: el vestuario era de luto o consideración; no se podía el consumir de carne de res, solo pescado u otros mariscos o en su efecto las llamadas hicoteas que son propias de la época; tampoco se debían realizar trabajos pesados y el que lo hiciera podía sufrir algún daño físico o mental; estaba prohibido la venta de bebidas alcohólicas en establecimientos públicos; no se debía ofender ni pelear con nuestros hermanos. Así que, la recomendación más importante era la de guardar como lo establecía la tradición cristiana.
Sin embargo, todavía existen muchos pueblos y ciudades de nuestro hermoso país donde la Semana Santa, se lleva a cabo con todos los rituales inclusive se celebra en vivo con la participación de todos los seguidores de Jesucristo que lo acompañan en este largo y doloroso viacrucis.
Por tal razón, Jesús nos ha dejado a María Santísima, como modelo de fortaleza y consuelo ya que ha vivido en carne propia el dolor y el sufrimiento más grande que una madre puede vivir para que la busquemos y caminemos junto a Ella, en los más tristes y difíciles momentos.
Hoy en la Santa Eucaristía de la bendición de los Ramos, el Padre José Varela, presbiterio encargado de la Parroquia de San Antonio de Momil, dijo estas palabras:
“Para mí, el regalo más importante que Jesús me ha dado es la vida y le pido hoy y durante toda mi existencia que se haga su voluntad”.
Padre José Varela
Igualmente, el Padre José Varela, pidió a la población su participación y asistencia a todos los eventos programados para vivir una Semana Santa, en paz, de mucha oración y de acercamiento a nuestro Padre.
Esther María Puche M. Comunicadora Social – Periodista. Universidad Autónoma del Caribe, Barranquilla- Atlántico-Colombia. Especialista en Metodología de la Enseñanza del Español y la Literatura. Ejercicio de la Actividad Periodística Independiente. Autora del libro: El Abuelo un buen Ejemplo.