JOSÉ MANUEL HERRERA BRITO

Por: José Manuel Herrera Brito*

Con el campo no puede nadie seguir haciéndose el de los oídos sordos. Tenemos que entender que el campo es vida, futuro, riqueza, despensa, porvenir, defensa. Hay que volver los ojos al campo, pues merecer un nuevo despertar y de todos soluciones importantes y urgentes, acompañadas de un plan de emergencia y de choque con medidas para su beneficio, que es el de todos.

Si en el campo no se produce, nada tendremos para alimentarnos, lo que amerita sumo cuidado, puesto que podemos llegar al punto de quiebre y no aguantar más, como cerca nos vimos en pasados meses a raíz de los bloqueos de vías generados por vándalos aupados por dirigentes de izquierda en carreteras y caminos rurales y principales que creó una situación de tensión peligrosa, dura y por demás difícil, que a punto estuvo de desembocar en circunstancias de impredecibles consecuencias.

Ojo al campo debe ser consigna para el inmediato futuro. Entender y comprender todos los sectores, públicos y privados, que no puede tratarse esto que vivimos que empieza a generar hambre, de manera infantil como si niños fuésemos, tarados, imbéciles, borricos o cretinos sin capacidad para enterarnos de nada de lo que es esta materia nos está sucediendo. Quienes en las actividades agropecuarias están, requieren de atención inmediata, de hechos, acciones y realizaciones ciertas, reivindicadoras, impulsoras, enaltecedoras, dignas, que los dimensionen y potencien; solo así veremos, al menos en este aspecto, un país distinto soportado en argumentos irrebatibles de desarrollo, crecimiento e integral progreso, lo que bien y mejor puede hacerse con los recursos que desgraciadamente se esfuman alegres de muchas instituciones del Estado sin oficio ni beneficio para nadie y ayudarían a los sectores productivos del campo que están pasando las de San Quintín.

Con lo que se despilfarra en las más de las instituciones del Estado, hay de sobra para ayudar e impulsar todas las actividades agropecuarias, auxiliarlas, generar políticas públicas en su beneficio, hacer lo que debe y tiene que hacerse para evitar que se siga ahorcando al mundo rural, lo que es ya un clamor, reclamo y demanda nacional, que exigen de una vez por todas dignidad, respeto, fomento, apoyo e impulso al campo y todo lo que importa, significa, traduce y comporta.

Tenemos que entender que la agricultura desempeña un papel vital en el crecimiento de los territorios, incluso en los menos avanzados dado que la mayoría de su población depende de ella para subsistir.

La historia nos enseña que en las unidades territoriales más desarrolladas, la agricultura ha jugado un papel importante en el proceso completo de enriquecimiento y desarrollo social, por cuanto el sector agropecuario de una nación contribuye al proceso de crecimiento económico a través de distintas vías de influencia, aspecto en el que algunos tratadistas remarcan más y otros menos, como son el crecimiento del sector agrario como sustento de los demás sectores de la economía; las contribuciones de factores productivos del sector rural hacia los demás sectores la contribución del sector agrario a la disminución de la pobreza; el sector rural como fuente de mercado interno; y, el sector agroexportador como fuente de divisas, los cuales abordaremos en lo posible en próximas entregas. saramara7@gmail.com

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