Francisco Javier Vásquez Asencio

Por: Francisco Javier Vásquez Atencio*

Importante sin duda el Maestro Fernando Botero Angulo (Medellín, Antioquia 18-abril-1931 / Mónaco 15- septiembre-2023), artista plástico figurativo que recreó lo alegórico y el retrato. Pintor, escultor, dibujante y muralista, quien nos llenó de sano orgullo en todos los cuatro puntos cardinales del planeta, lo que lo hizo gozar de merecido reconocimiento internacional, hasta el punto de ser uno de los pocos artistas latinoamericanos que lograron una real repercusión en los cinco continentes.

Fue nuestro pintor de lo redondo, de lo voluptuoso, de lo gordo, más no por ello era su interés representar «la gordura», sino desarrollar estéticamente el valor plástico del volumen, ese sí, punto principal de su propuesta artística. Su obra abarcó temas, como la vida misma, referencias históricas, artísticas, culturales, epopeyas, y abusos de poder; todo unificado por sus figuras exageradamente rotundas, en estilización volumétrica de figuras y objetos, conocida como «Boterismo». Ironizó sobre el poder detentado en la vida y la muerte como destino final que lo pulveriza. Por otra parte, estuvieron las referencias al cuerpo humano, siendo importantes los torsos femeninos, masculinos, así como las grandes manos.

Su obra se caracteriza por las exploraciones plásticas sobre las formas y su volumetría y por una variedad de temas que se mueven entre la historia del arte occidental y las realidades latinoamericanas (violencia, religión, política, vida cotidiana), debiendo acotarse ante la pregunta de ¿Por qué las obras de Botero son gordas?, y responder que la idea general de la belleza considera que las mujeres deben ser delgadas, pero entonces llega un artista que produce una dilatación de la forma y dicen que ‘pinta mujeres gordas’”, como lo señalará el propio pintor durante una conversación con periodistas de Vanity Fair en 2018. Significa su arte, un reconocido estilo por buscar resaltar el volumen en cada obra, que lo llevó a recrear ciertas obras icónicas de otros artistas pero en la mayoría de sus obras siempre se inspiró en temas del día a día.

Si bien hoy en día ha pasado a ser considerado como pintor de vanguardia, en sus inicios su estilo figurativo fue causa de rechazo. Eso se explica en que hacia mitad del siglo XX el mundo artístico estuvo movido por el arte conceptual. Algunos han clasificado su estilo como naif, otros como neo-figurativismo e, incluso, como realismo mágico. En todo caso, para Botero, el volumen será revisado, estudiado y desarrollado en cualquier aspecto a representar, sea que se trate de un cuerpo humano, un animal o un objeto. Por ello su obra no tiene limitaciones temáticas y abarca toda clase de géneros.

El Museo Hirshhorn de Washington clasificó su obra en seis categorías temáticas, así: -La religión (escenas bíblicas, retratos de santos, personalidades clericales y mitología); -Los grandes maestros (referencias y versiones de Leonardo da Vinci, Jan van Eyck, Diego Velázquez, etc.); -Las naturalezas muertas y vivientes; -Los desnudos y costumbres sexuales; – Las personalidades políticas y, por último, -Gente real e imaginaria, lo que incluye pintura de género (cuadros de costumbres y vida cotidiana). A lo largo de su carrera, aparecieron también escenas de crítica social, muy especialmente referidas a las tensiones latinoamericanas, y la tauromaquia, convertida en una auténtica línea de representación, com o lo fue de la idiosincrasia antioqueña.

La identidad regional de Antioquia se representa en las obras del artista Fernando Botero. Los volúmenes elevados y el realce de ciertas partes del cuerpo. Parte de esa identidad regional es el discurso del éxito y la mentalidad de progreso. Y aunque las figuras y los colores de las obras de Botero tienen una inspiración fuerte en el arte europeo, han creado un pensamiento social del éxito del arte de su arte. Una mirada local nos lleva a evidenciar cómo el arte de Botero, a pesar de su influencia europea, se ha convertido en parte de la idiosincrasia paisa, porque sus obras se han amalgamado con su cultura, representando, además, su ideal de grandeza. Sin lugar a duda, en Botero los paisas se sienten representados, en su extravagancia, su grandeza y la gordura de sus obras.

Ejemplo que se puede triunfar cuando se cree en sí mismo, cuando se sigue la vocación propia, saber lo que se quiere hacer en su vida y, en el camino. Seguro de sí mismo, sencillo, amable, sereno, Su seguridad la trae su carácter afable, su sentido del humor y su gran perseverancia. Un hombre que, en el tope de su carrera, sabe disfrutar con sibaritismo la vida, incluyendo su fama y fortuna. Su vida fue por decenios la de un verdadero «hombre renacentista» del siglo XXI, todo lo disfrutó con una sonrisa amable y una serenidad muy a su estilo. Sus «gordos», que él prefiere llamar «formas rotundas», muchas veces imitados y nunca igualados. son imágenes icónicas y personajes de escenas llenas tanto de ironía como de cariño. Momentos de su amor a la Colombia de su niñez y juventud, aunque en sus últimos trabajos su arte es también comentario social y político.

*Administrador de Empresas. Especializado en Recursos Humanos. Especializado y Magister en Gerencia Social. Diplomático. @franvasquez06. francisco.vasquez.atencio75@gmail.com

¿Cómo le pareció el artículo?
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0

Por editor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *