RUIZ FRUTOS JULIAN MARTIN

Por: Julián Martín Ruíz Frutos*

Debatir nos indica Discutir un tema con opiniones diferentes. Disputar, polemizar, contender, tratar, deliberar, controvertir, rivalizar. El debate es una forma de discusión formal y organizada que se caracteriza por el intercambio argumentado de ideas y/o puntos de vista entre soso o más personas con posiciones opuestas sobre un tema determinado. El debate, además de contribuir al desarrollo de la habilidad para expresar ideas de manera argumentada, favorece el desarrollo del pensamiento crítico y requiere del tratamiento adecuado de información, para su posterior análisis, evaluación y elaboración de juicios basados en criterios. Deja el debatir el aprendizaje de ser una herramienta que permite desarrollar habilidades ligadas como ya se dijo, al pensamiento crítico, al razonamiento lógico, a la comprensión de puntos de vista opuestos, a la comunicación de ideas y al trabajo en equipo.

En política y demás asuntos inherentes a la cosa pública, debe debatirse siempre sobre las propias realidades, necesidades y demandas de la población, así como de desarrollo social y humano, crecimiento económico, finanzas públicas, seguridad, corrupción, estado de derecho, política social, entre otros muchos aspectos. Es tratar con ellos de enderezar rumbos.

Tenemos que entender que debatir es argumentar en forma de diálogo. Naturalmente no en todos los diálogos la argumentación tiene el mismo peso. Hay muchos diálogos cuyo sentido no gira en torno a dar y quitar razones en defensa de tesis, acciones, afirmaciones o creencias. No es que la finalidad sea en realidad intervenir en las eruditas discusiones académicas relativas a los géneros del debate propias de los estudios de dialéctica y de retórica, sino que se responda a las necesidades que tenemos y que resulten útiles, en relación a proyectos más amplios en el que argumentación, negociación y mediación estén presentes.

La idea es que nos entendamos cabalmente en referencia a los direccionamiento como lineamientos mejores y propósitos comunes. Ir tras la idea de contextualizar y buscar consolidaciones, entender bien mediación, negociación y los aspectos argumentativos, a efecto que sean y resulten fácilmente reconocibles como propios para que las propuestas resulten viables, ya que como es bien sabido, en función de la compatibilidad o incompatibilidad de los objetivos perseguidos por los sujetos que interactúan, las relaciones sociales en general pueden clasificarse en relaciones de cooperación o de conflicto que juegan un papel fundamental en la comprensión tanto del debate y sus formas, como de la negociación.

Como colofón debemos decir que debatir muchas veces nos lleva a contextos elaborados de ideas, conocer y desconocer virtudes, dignidades e indignidades; acercarnos a lecturas bien digeridas, asimiladas y mejor transmitidas, aunque hay que reconocer que no es ello todas la veces; ya que algunos impregnan sus intervenciones con pedanterías, seca ironía, estridencias, tonta demagogia y absurdo populismo, que terminan por generar aplausos caudillistas que se muestran y ellos usan mientras le son útiles para luego mandarlos al basurero, lo que deja como lección y verdad que los populismos se nutren de irrealidades; de la idea que los caciques, los padres de pueblos, los hombres providenciales, llegaron para quedarse, y que nuestro voto en contra es consecuentemente inútil, lo que muchas veces hacen imposible frenar la corruptela, la destrucción de nuestro derecho a elegir mejores gobernantes en las urnas.

*Abogado. Especializado en Derecho Laboral

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