Por: Anny Margarita Herrera Villa*
Las acciones sostenibles son aquellas concernientes al desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidades de las generaciones por venir, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social, respecto de las cuales, muy en boga en el mundo de hoy, interesa en alto grado tener en cuenta lo concerniente a los aprendizajes sostenibles y el emprendimiento en general, ya que es una de las mejores maneras de mostrar con el ejemplo lo hecho durante años por empresarios exitosos y motivadores, pero sobre todo como es dable, a su través, mostrar como generar valor económico, social y ambiental de manera simultánea.
Importa en esto liderazgos verdaderamente humanos, ajustarse a los tiempos, impulsar los resultados financieros y la eficiencia de la producción, así como implementar estrategias centradas en las adquisiciones y una cultura humanista, con lo que se mejorará exponencialmente la satisfacción de los empleados, tanto en el lugar de trabajo como fuera de él, lo que se reflejará con contundencia en los ingresos y crecimiento empresarial.
Es además cambiar de óptica, camino a ver distinto y lograr la empatía de todos los colaboradores, en la certeza que cuando se comienza a preocuparse genuinamente por las personas se sientan seguras, valoradas, parte del equipo, comprometidas y dispuestas a compartir dones que ni siquiera sabían que tenían, aspectos todos necesarios en dicho derrotero, ya que no se puede construir una cultura solidaria sin antes proporcionar la seguridad de un modelo de negocio sólido, que si bien es lo primero, la cultura es lo que le permite rendir al máximo de su potencial, en el aserto, como se sostiene por especialistas en la materia, que el mayor acto de caridad es la forma en que tratas a las personas que tienes el privilegio de liderar.
Entraña lo cual que los líderes se preocupen por las personas a cargo, escucharlas para entenderlas y validarlas, no para juzgarlas. Es la mayor de todas las habilidades de liderazgo, más cuando se quiere ser un líder solidario, de ahí que entender realmente la forma correcta de escuchar implique: -Comportamiento de atención, enfocarnos en la otra persona, comportarse con ellas de tal manera que sepa que tiene toda la atención, estar ausente de distracciones, hacer contacto visual, postura corporal abierta y estar presente por fuera y por dentro. -Mostrar agradecimiento, ya que los mensajes verbales y no verbales que le damos a las personas son muy importantes, lo mismo que demostrarles que se les presta atención y que nos hayamos sintonizados con lo que están expresando y que estamos reconociendo lo que están diciendo. -Abrir las puertas, puesto que mientras escuchamos a las otras personas compartir, tiene ello el sentido de ofrecer declaraciones que las animen a seguir compartiendo. -El silencio como habilidad es la más difícil de dominar, recomendándose estar callado, no decir nada y acallar la charla en nuestras propias mentes para que podamos captar todo lo que el otro está expresando, despejar la mente, tratar de no pensar en lo siguiente que debes decir y absorber lo que la otra persona está diciendo. –De igual manera, contestar con respuestas reflexivas, prueba evidente que tienen las personas de que realmente se les escucha, lo que demuestra a la persona que habla que las estamos entendiendo y mejor aún si repetimos la esencia del mensaje del hablante; toda vez que, así como se habla de ciudadanos solidarios sostenibles requerimos integrar ser más líderes solidarios.
Es síntesis, es convenir que el verdadero desafío es realmente conectar con las personas en términos de tiempo, espacio, pero sobre todo la calidad de tiempo que dedicamos y tengamos en mente que requerimos desde todas los frentes.
*Ingeniera Industrial. Especializada en Gerencia de Proyectos
