Por: Francisco Javier Vásquez Atencio*

E.Mail.: francisco.vazquez.atencio75@gmail.com

La economía circular, es, nos dice la FAO, un concepto económico que se incluye en el marco del desarrollo sostenible y cuyo objetivo es la producción de bienes y servicios al tiempo que reduce el consumo y el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía. Es también el nombre de una iniciativa emblemática europea que pretende crear un marco político destinado a convertir a la UE en una sociedad del reciclado, a fin de reducir la producción de residuos y utilizarlos como recursos, por lo que importa sobremanera, camino a consolidaciones a este tenor, lo que es además de importante es urgente, poner de acuerdo gobierno, sector privado y ambientalistas; lo que impone, en vía a adentrarnos y hacer posibles constructos en esta nueva área económica, una estrategia que apunte a convertir nuestros territorios en espacios propicios donde anidarse pueda, siendo necesario implementar planes integrales de este tipo que resulten atractivos y permitan a las industrias acogerse al mismo.

Tuvo sus inicios la economía circular en los países del este asiático, cuando de común acuerdo decidieron usar en menor cantidad, materiales, agua y energía en los procesos productivos, buscando con ello contribuir de manera positiva a la sostenibilidad ambiental de la tierra. Para que sea realmente provechosa, deberán procurar las industrias incluir este objetivo en su operación, redituando con mayor eficiencia sus recursos todos, reutilizando y reciclando de manera integral los que sean susceptibles de hacerlo a lo largo de toda su cadena productiva, lo que las haría gananciosas en inversión ambiental, mediante recursos de compensación que bien podrían ser utilizados en iniciativas aunadas al ambiente.

Interesarse las industrias en la economía circular, sería para ellas una grande oportunidad, que les generaría reducción en el consumo de materiales, valorización, aprovechamiento de residuos, el uso eficiente y la protección del recurso hídrico, lo mismo que el acceso a energías limpias, al tiempo que promover se pueden nuevos modelos de negocio circulares a través de operaciones sostenibles, la innovación y la reutilización de materias primas y residuos.


El desafío directo es pasar de una economía lineal, que aún vivimos hoy en día, basada en un sistema simple y muy perjudicial para el medio ambiente y para nuestra propia salud. Se podría definir en tres grandes conceptos: producir, consumir y tirar; a una economía circular, lo que traduce consumir menos materias primas, lo que requiere potenciar los procesos productivo, extender la vida útil de productos y materiales; así como minimizar la generación, gestionar y aprovechar mejor los residuos, con beneficios en uso de energía, reducción de residuos y emisiones. De otra parte, se derivan también beneficios de orden social, como es la creación de empleo y minimizar impactos en las comunidades. En lo económicos, se benefician con valorización de recursos, reducción de costos de la materia prima, manejo de residuos y control de emisiones.


El potencial de la economía circular es incalculable, requiriéndose en su puesta en marcha válidos ajustes en la política pública y la incorporación de tecnologías innovadoras, claves en la modernización de los sectores, entre ellos el ambiental, que tiene en la innovación un gran aliado para potenciar la sostenibilidad; de ahí la importancia de iniciativas como esta de la economía circular, que busca conjuntar a toso del mismo lado para trabajar de consuno en su materialización en beneficio económico y comunitario. Administrador de Empresas. Especializado en Recursos Humanos. Especializado y Magister en Gerencia Social.

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