Ruben Darío Ceballos Mendoza

Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*

Errores, desaciertos, mentiras, dudas, desorganización, improvisaciones, rectificaciones, atrocidades, yerros, manipulaciones, señalamientos y demás desfases que estamos viendo, van y vienen en tal cantidad, que sobrepasan hasta el pensamiento de quienes estuvieron equivocadamente atraídos por su discurso pueril y les entregaron su favor electoral en las urnas a nuestro actual mandatario. Pero igualmente, los tradicionalmente indiferentes, indolentes y apáticos frente a la situación del país también hoy se muestran inconformes y afectados como todos en materia grave por los resultados de estos primeros meses de un gobierno que desafortunadamente y desde luego que, para mal, llegó donde nunca debió llegar.

Todo fue y sigue siendo manipulación debidamente orquestada y apoyada por incautos quienes soportan esta desviación y hacen creer a los menos dotados de inteligencia que todo va bien e irá mejor con el paso de los días, lo que a todas luces es una falacia, como se está, seguirá viendo y seguiremos soportando.

Nada de los tan cacareados cambios avances ni transformaciones. Solo mentiras, nimiedades, engaños, inversión de valores, inconsistencias, desangre, dilapidaciones, caos, opacidades, dilaciones, preocupaciones, oscurantismo, regresiones, irresponsabilidades, prepotencia, equivocaciones, desesperanzas, incertidumbres, soberbia, desconocimiento de las realidades y de la cosa pública, aumentos exagerados, impreparación, funcionarios de escasas condiciones, palos de ciego por doquier, manotadas de ahogado, disconformidad en el discurso e incumplimientos a todo nivel, cuando lo requerido por todos es construir historia, hacer realidad las tan anheladas transformaciones, fortalecer y construir país, acudir a la esperanza y la dignidad para seguir crecimiento, lejos de mentiras, desprecios, olvido y mal gobierno.

Interesa sobremanera apoyarnos para demostrar que no estamos dispuestos a seguir surcando caminos equivocados, en lo que unidos tenemos que estar y trabajar para construir ese nuevo horizonte y mejor porvenir en el que todos quepamos. No podemos dejar que nos sigan tratando como ciudadanos de quinta categoría, sino sembrar dignidad y trabajo para cosechar mejores frutos para alimentar nuestras más sentidas necesidades y ayudar a consolidar superiores sendas en lo normativos político, económico, social, ambiental y cultural, en dirección a que todos valgamos más en todo tiempo y lugar, al tiempo de entender que en las actuales circunstancias es más preciado que nunca sembrar semillas de esperanza, para así avanzar con dignidad en procura de libertad, justicia y democracia, que parecieran diluirse en temeridades y autoritarismo.


* Rubén Darío Ceballos Mendoza. rubenceballos56@gmail.com Jurista

¿Cómo le pareció el artículo?
+1
1
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0

Por editor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *