Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*

Volver a la esperanza traduce sacrificio colectivo y confiar en nosotros mismos para enfrentar los retos que tenemos como departamento y distrito, a los que nos debemos con generosidad, debiendo cooperar en todo cuanto a nuestro alcance esté e ir tras la esquiva prosperidad que merecemos, pero que tenemos que hacer méritos para alcanzarla. Hay en nuestros territorios nubarrones y tormentas que nos reclaman fidelidad hoy más que nunca al estar en medio de una crisis sanitaria, económica y social, que nos ha debilitado gravemente y empeorado por la codicia e irresponsabilidad de algunos, como también el fracaso colectivo a la hora de elegir opciones y de prepararnos para nuevos rumbos, como nos ha sucedido y estamos padeciéndolo, lo que ha generado desconfianza y persistente temor de que el declive se ahonde mayormente en detrimento de la generación actual y por venir.

Los desafíos que enfrentamos son reales, serios y muchos no los superaremos fácilmente en un corto periodo, pero debe saber y estar preparados para hacerles frente. Tenemos que apostarle a la esperanza, a la unión de objetivos y propósitos, a derrotar todo atisbo de conflicto, discordia, mezquindad, falsas promesas, recriminaciones perniciosas y creencias precarias, obsoletas y caducas que enrarecen y envenenan nuestra política. Hora es ya de volvernos serios, afirmarnos en nuestro espíritu, ser recios, hacer nuestra mejor historia e ir tras la oportunidad de fundamentar la grandeza siendo conscientes que debemos ejercerla.

Evitemos los peligrosos atajos, prefiramos el trabajo constante, asumir los riesgos, actuar, hacer las cosas, ir hacia adelante tras desarrollo, crecimiento e integral prosperidad. El espíritu de lucha, si queremos territorios pujantes, productivos, competitivos, debe aparecer una y otra vez, en lo que sacrificaron y trabajo denodado tienen que estar para que al fin podamos tener una vida mejor y superior, y de paso ser más grande que todas las diferencias y avaricias personales. Acudamos a nuestra creatividad y capacidad que sabemos tenemos, no aplacemos decisiones, levantémonos y hagamos la tarea de rehacernos. Mucho es el trabajo que hay que hacer, de ahí la importancia de crecer en agro, salud, educación, ciencia, tecnología, innovación, ambiente, cultura, economía, infraestructura, para hacer frente a las necesidades de hoy y mañana.

Mucho y más lo que hay que hacer, podemos hacerlo y tenemos que hacerlo, única manera de salir avante, ser ambiciosos, proyectarnos, hacer grandes planes, no limitarnos, lograr lo que con largueza alcanza cuando se funde la imaginación y el interés colectivo, contra lo estéril e insustancial. Es seguir avanzando como respuesta a cualquier obstáculo con confianza vital tras la grande esperanza.saulherrera.h@gmail.com *Especializado en Gestión Pública

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