Por: José Manuel Herrera Brito
En oposición al decir de algunos, creo que nada de lo negativo, malo y peor que se ha especulado va a sucedernos en el país, acontecerá. Fue Usted, Señor Doctor Gustavo Francisco Petro Urrego, elegido Presidente de Colombia este próximo pasado 19 de junio de 2022, para el mandato constitucional que lo llevará hasta el 7 de agosto de 2026. Previo a esta justa electiva, había pasivos de suyo relevantes en grande medida, que generaban incertidumbre e intranquilidad. Es Hoy Usted el primer mandatario de izquierda en la historia de Colombia, y creo que va a interpretar su triunfo como una oportunidad para adelantar una agenda social de importancia, al tiempo que honrará su designación en provecho de todos los colombianos, de los cuales será a partir de este 7 de agosto, su Primer Mandatario.
Atrás debe quedar en realidad y verdad para la anécdota, toda polarización social y política, lo que bien y mejor debe sugerirnos la necesidad de autoridades convertidas en ejemplo de ponderación, moderación y consenso, a efecto de implementar lo que mejor convenga para el país respecto de sus propias realidades, necesidades, perspectivas, proyecciones, prospectivas y estrategias, en lo que importarán convenidas concesiones y alianzas necesarias.
No se puede perder de vista que Colombia requiere una política de unidad, lo que por sí mismo supone un sinnúmero de serios desafíos para mantener el dinamismo económico que hemos alcanzado, así como demás otras realizaciones y consolidaciones de todo orden, lo mismo que los desarrollos sociales y humanos que esperamos, más allá de cualquier asomo de mezquindades.
Queda ahora, insisto, luego de la profunda y extendida polarización ciudadana que hemos vivido y el evidente descrédito de los partidos, que se imponga la necesidad, imperiosa por demás, de encontrar y afianzar nuevas fórmulas políticas exitosas lejos de todo inconveniente populismo, así como potenciar a tope la institucionalidad democrática, que debe fortalecerse y profundizarse en beneficio patrio y en ruta a la búsqueda, procura y consolidación de círculos de virtud, a fin de seguir creciendo económicamente, superar con creces la inseguridad en todas sus variables, la ineficiencia del aparato estatal, la corrupción y el menoscabo de la democracia, misma de la que Winston Churchil dijera en frase definitoria: -“La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre, con excepción de todos los demás”.
Sea finalmente recordar otra sentencia de esta insigne figura de la política universal, quien afirmara que “El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones». Esa es la tarea. No hay de otra. saramara7@gmail.com