Blaicer Moreno Córdoba

Por: Blaicer Moreno Córdoba*

La planificación pública y popular va más allá de resolver problemas ya conocidos. Nos invita a adentrarnos a un mundo en donde experimentemos un progreso cualitativo de nuestra existencia como seres humanos y como nación. Todo ello pasa por transitar un camino que nos es desconocido, pero que podemos anticipar con mediciones y con técnicas; ya que seguramente ese camino está plagado de otros problemas que desconocemos. Aun así, las aspiraciones de la planificación no dejan de ser las más elevadas, por lo que podríamos decir que se trata de una práctica que implica una visión pesimista sobre la realidad, que suele ser el resultado del diagnóstico, pero con unos objetivos claramente optimistas que son los que debemos consolidar.

Se trata, lo que es válido sobremanera, vencer al pesimismo de la inteligencia… con el optimismo de la voluntad. Una voluntad armada con la planificación y la propia inteligencia que nos juega esa mala pasada de hacer aflorar el pesimismo. Si por un momento creemos que debemos abandonar la pretensión de planificar debido a la situación que podamos estar viviendo, cabe recordar que la planificación es siempre indispensable; de allí la elevada responsabilidad que deben tener quienes tienen la tarea de planificar, y de conducir a otros a cumplir con lo planificado; más, cuando todos planifican y lo hacen todos los días, a toda hora, y hacernos errar es el objetivo de sus planes.

No podemos como un municipio que obligado está a ser grande, a avanzar, a desarrollarse, ser deficiente en nuestros planes, diagnóstico inadecuado ni permitirnos equivocaciones; de manera que el estudio profundo, la reflexión crítica, la elaboración de diagnósticos certeros y sobre todo la disciplina en la ejecución de planes y proyectos serán claves para nuestra supervivencia, fomento, impulso, potenciación y avance en lo que debemos, queremos y merecemos ser.

Sirvan estas líneas, condensadas en estas dos entregas aquí consignadas, como una invitación a ruego a tomar, a asumir la planificación en serio, como un componente fundamental de la formación política y personal, en el sentir que es la planificación, aquella que consiste en establecer los procesos, mecanismos, medios y recursos que permiten alcanzar una situación objetivo, a partir del reconocimiento de una situación de partida; misma que es estratégica cuando se traduce en proceso de documentar y establecer una dirección para la organización, evaluando dónde se encuentra y hacia dónde va. De esta manera, es posible establecer la misión, visión, valores, los objetivos a largo plazo y los planes de acción que utilizaremos para alcanzarlos.

*Administrador de Empresas. Especializado en Proyectos de Desarrollo. Asesor y Consultor Político y Empresarial *amerlyng@gmail.com

TEMA ENLAZADO: PLANIFICACIÓN PÚBLICA Y POPULAR (I)

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