Ruben Darío Ceballos Mendoza - jurista

Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*

Celebraciones, conmemoraciones, festejos, fiestas, conciertos, sí, pero en el mejor o peor de los casos, como quiera percibirse, no queremos los samarios quedarnos en ellos, al fin y al cabo efímeras manifestaciones que en realidad y verdad a nada positivo conducen; sino mostrar que se resuelve y se avanza en la resolución de los problemas muchos que nos agobian; más por cuanto es sentimiento, expresión, manifestación, clamor y reclamo generalizado de la ciudadanía y comunidad toda, que a cambio de lo cual se registre el necesario y requerido, una y quinientas veces, el inicio de obras para hoy y mañana de significación, de trascendencia, de envergadura y definitivamente tanto esenciales como funcionales en beneficio y aprovechamiento colectivo, que ameriten desbordadas complacencias.

Frente a lo expuesto, muchos sostienen que  parecería y hasta se afirma y ratifica, que ciertamente lejos están nuestros gobernantes de entender la necesidad de plantearnos la importancia de retomar de manera integral desarrollo y crecimiento, en lo que necesario es aprovechar los avances todos del mundo de hoy y los contextos que brindan administración, gestión y gerencia públicas, aprovechables ante las instancias que sean del caso, en las latitudes que fueren y en todas las áreas, niveles y materias que concurren para hacer avanzar a las unidades territoriales de cara al porvenir, en lo que ayudan obras de suyo vitales para que lo cual sea cierto.

De ahí que tengan nuestros mandatarios que darse de manera inclaudicable la tarea de impulsar el bienestar de sus asociados, iniciar las obras necesarias, consolidar progreso, por lo que les es preciso encontrar nuevos enfoques que ayuden desde el sentido de pertenencia a rescatar la identidad local con sus rasgos sociales, políticos, económicos, ambientales y culturales propios, renovarse en todo sentido, facilitar la participación activa en real determinación de acción colectiva, establecer procesos para conformar redes de todo tipo, fortalecer el tejido social en el plano territorial, organizar y fomentar la productividad, posibilitar mayores flexibilidades, hacer que las condiciones culturales y espaciales sean las más adecuadas para inducir estos procesos sobre la base de sólidas formulaciones de políticas públicas destinadas al fortalecimiento de alianzas estratégicas público / privadas, ya que solo será posible posicionarse como unidad territorial y administrativa de vanguardia cuando definida está una coherente planificación estratégica territorial y unas políticas públicas que potencien el desarrollo local.

Requeridos estamos de obras miles de relevancia inmensa, por lo que concierne definir políticas destinadas a impulsar nuestro desarrollo y organización productiva, advertir cambios en el modo de planificar estratégicamente el desarrollo, permitirnos consultar más nuestras propias realidades y necesidades para de contera actuar en consecuencia respecto de su solución, puntualizando lineamientos y metas, con la finalidad de lograr el verdadero desarrollo territorial que merecemos.

Séame permitido repetir que obras para hoy y mañana de significación, trascendencia, envergadura, esenciales y funcionales en beneficio y aprovechamiento colectivo es lo que necesitamos los samarios desde hace ya mucho tiempo, dejar atrás obras menores y maquillajes insulsos para la ciudad. Obras y más obras de gran relevancia es lo debido, lo que traduce planificarlo todo en mejor forma, involucrar en los procesos la planificación de más actores locales. Llevan las grandes obras en manera suficiente a crear una dinámica económica de respeto en el ámbito local; toda vez que de la mano de mejores y formuladas políticas públicas se genera empleo y renta, se combate el desempleo significativamente, ayuda a que los gobiernos locales se apropien de una visión más estratégica del desarrollo, cuya actividad debe orientarse para incidir en colaboración con los agentes económicos y financieros en la búsqueda y procura de diferencias competitivas vinculadas al territorio y a la utilización de recursos endógenos, auspiciando además concertaciones estratégicas público / privadas, necesidad manifiesta en un orbe globalizado y competitivo como el actual.

El desarrollo local se logra con obras de envergadura, un fomento productivo responsable y el fortalecimiento de la sociedad, a lo que sumarse deben aspectos ambientales para alcanzar un desarrollo sostenible, integrarse dentro de las dinámicas globales, potenciar los recursos con los que se cuentan territorialmente hablando, y más como nosotros que podemos ofrecer algunas característica singulares bien identificadas, lo que agrega valor en ámbitos de productividad. Ayudan las obras a consolidar desarrollos, superar los espacios en crisis y generar otros con fuertes especializaciones y concentraciones que permitirán y facilitarán en lo local sobrevivir económica y socialmente a la globalización; razones de peso por lo que las administraciones locales deben impulsar la creación de ambientes de desarrollo aprovechando las ventajas competitivas a nivel global para atraer capitales a su territorio y permitir el desarrollo de los recursos endógenos disponibles.

Ayudan y sirven también las obras a que hemos hecho referencia, esto es definitivamente trascendentes, por cuanto impulsan y crean presiones en las administraciones locales para que se ajusten y adapten a las nuevas condiciones de la economía orbital, toda vez que las alternativas de éxito están directamente determinadas por factores como la capacidad para adaptar o crear tecnología, los niveles de inversión nacional y extranjera que pueden captar, la disponibilidad de mano de obra capacitada, el desarrollo de infraestructura, la flexibilidad empresarial, nivel de penetración y la capacidad de acceso a los mercados internacionales.

Ayudan las grandes obras, que de manera permanente y continua deben darse, a que los niveles de vida de la población y los niveles de empleo no se deterioren. Las grandes obras determinan muchas dimensiones, reestructuraciones productivas, nuevos requerimientos tecnológicos, intervenciones públicas, lo que implica dotarse regiones y empresas de un ambiente económico e institucional favorable, capaz de volver ágiles, flexibles y eficientes a las administraciones locales. Inciden igualmente, a la democratización y modernización del aparato público local, permite conformar relaciones y estrategias público/privadas para fortalecer núcleos locales colaborativos para enfrentar las oportunidades que ofrece la productividad, generando una institucionalidad que propicia la conformación de redes y claramente un superior papel e incidencia de las fuerzas sociales locales en procesos particulares de desarrollo a nivel local y regional, de carácter endógeno.

Las grandes obras generan procesos que permiten organizar el futuro de los territorios, ya que incluyen la planificación de los agentes locales intervinientes, aprovechar los recursos humanos y materiales, negociación y diálogo entre los agentes económicos, sociales y políticos asentados en el territorio, fundamentales para lograr ambientes propicios para las inversiones y mejorar el clima organizacional propicios para la consolidación de superiores e integrales desarrollos.

 *Jurista. Columnista. rubenceballos56@gmail.com

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