lisbeth barraza escorcia

Por: Lisbeth Paola Barraza Escorcia*

Evidente a todas luces que las mujeres en todo el orbe atravesamos retos constantes para poder crecer y ser respetadas en nuestros deseos y voluntades. Y no obstante en el planeta se mundo vienen desmantelando antiguas estructuras que limitaban fuertemente nuestra evolución, la construcción de un mundo más equitativo requiere del compromiso y el paso a la acción de todos. No solo de una demanda urgente por la inclusión, sino también de un caso de negocio concreto. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), si se eliminaran todas las formas de discriminación contra las trabajadoras mujeres, la productividad podría aumentar alrededor de un 40%. Para lograrlo necesarias son iniciativas efectivas, y el primer paso para el abordaje es la elaboración de indicadores de género y encuestas de diagnóstico que permitan detectar las medidas pendientes, los prejuicios y sesgos inconscientes que persisten en las organizaciones y sociedad en general.

Es en este sentido importante sobremanera Mesas de Mujeres para compartir experiencias, identificar retos y explorar oportunidades en dirección a co-construir espacios más inclusivos y equitativos que nos muestren una foto real y detallada de los desafíos a afrontar, a efecto de saber si contamos o no con avances en materia de equidad de género, trazar los camino por recorrer sobre la necesidad de implementar iniciativas para crear condiciones más estables y extendidas. Es impulsar que se ofrezcan beneficios más allá de los requeridos por la Ley, aunque es bien sabido que una mayor igualdad de oportunidades necesita contemplar un mayor equilibrio entre las licencias de maternidad y paternidad que impacten en la corresponsabilidad y en las tareas de cuidado. Beneficios y acciones deben ser dirigidos tanto a mujeres como hombres, ya que para favorecer la igualdad de género en la empresa es necesario trabajar en potenciar la complementariedad.

En la misma línea, la infraestructura inclusiva es fundamental para poder alcanzar estándares equitativos, tener líderes formados y empáticos que tengan la posibilidad de poder acompañar durante el embarazo y la maternidad; crear una red de profesionales que la integran obstetras y psicólogos, así como una red de contención de padres y madres. La lucha por la diversidad e igualdad es un reto para nuestra generación de líderes, ya que tenemos la responsabilidad de tener más mujeres en puestos directivos, así como también más hombres ejerciendo su paternidad por lo que respecto de los eso a través de nuestros ejes de trabajo tenemos que hacer empresas familiarmente responsables y con equidad de derechos y beneficios. En cuanto a los planes de acción para abordar la violencia de género en entornos de trabajo, necesarias son acciones concretas para garantizar un ambiente laboral libre de acoso y violencia. Aun así, las licencias para víctimas de violencia de género son necesarias y es importante ampliarlas para continuar mejorando el tratamiento de esta problemática.

Importa igualmente identificar desbalances de género en niveles jerárquicos, materia pendiente en el mercado laboral a nivel global y uno de los mayores retos para los próximos años en materia de equidad de género. Se trata de seguir trabajando para acortar distancias, impulsar Escuelas de Liderazgo para el desarrollo profesional de los equipos, formar y acompañar el desarrollo de mujeres en posiciones evolutivas y brindar la posibilidad de construir redes de apoyo y contacto para potenciar nuestro crecimiento.

Acciones todas que no deben ser solo una responsabilidad, sino también una oportunidad para impulsar innovación, creatividad y crecimiento sostenible, en lo que ayudan gobernanzas sólidas, indicadores medibles y un ecosistema de impacto medido y evolutivo en cuestiones de género y diversidad, igualdad y equidad. Necesitamos a todo nivel y en todo orden gobiernos corporativos más diversos que nos permitan tomar decisiones cada vez más heterogéneas y que nos den la capacidad de orientar la organización en entornos cambiantes. Es por eso que debemos profundizar nuestras políticas y promover la diversidad desde la gestión del talento.

Aplicable debe ser lo expuesto como un espacio estratégico a todo nivel para observar el estado de situación y, en cierta forma, sirva para reflejar lo que ocurre en otros sectores de la sociedad. Tenemos la enorme responsabilidad con la grandeza, sobre todo por cuanto miles de personas de todas partes crecen como profesionales, se constituyen como la fuente de ingresos para sus familias y se vinculan en diferentes actividades, lo que impone buscar escuchar más las necesidades de todas las personas en ruta a acompañar las transformaciones y ofrecer nuevas alternativas desde la diversidad y la inclusión. *Lideresa Social Comunitaria. Conferencista. Tallerista. Columnista

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