DOCTOR DAVID GONZALO DUARTE GONZÁLEZ,

Por: David Gonzalo Duarte González*

La salud no es sólo ausencia de enfermedad, ya que es reconocido que el vivir humano no es sólo biológico, y que estar sano no es lo mismo para el hombre que para el animal, con el que podemos compartir mucho de nuestro funcionamiento orgánico. Nos hacemos cargo así de la dimensión subjetiva, autónoma, libre y responsable en relación a la salud. Conceptualizar la salud de alguna manera, no es algo menor. De ello depende, en buena medida, cómo entendamos las relaciones con nosotros mismos (con nuestro cuerpo, con nuestra mente…) y con los demás. Si un objetivo es clave en las relaciones de ayuda, ése es promover la salud; promover la máxima experiencia de salud en sentido holístico, integral.

Salleras Sanmartí definía la salud en 1985, como “El logro del más alto nivel de bienestar físico, mental y social y de capacidad de funcionamiento dentro de los factores sociales en los que vive inmerso el individuo y la colectividad”. Se refiere a capacidad de funcionamiento y reclama la dimensión social, no sólo la individual en la experiencia de bienestar. Ivan Illich, en Nemesis Medica la define como “la capacidad del individuo y del grupo de ejercitar el arte de vivir, con sus lados oscuros (los del arte de sufrir) y con sus lados luminosos (los del arte de gozar): es decir, la capacidad de integración del individuo en una cultura visible”. En un interesante encuentro celebrado en Francia, conocido como el congreso de médicos de Perpignan, en 1978, se referían a la salud como “un modo de vivir autónomo, solidario y gozoso”, dando el salto a modo de vivir, no a estado y a la experiencia subjetiva de gozo, también relacional, traducido en preocupación por el semejante.

No menos interesante la definición de Tremblay Jean Claude, al referirse a la salud como “estado de bienestar resultante de una armonía física, psicológica y espiritual del ser humano”. Es la armonía la que se convierte en categoría de referencia, armonía en las diferentes dimensiones de la persona. Y la armonía es la unión y combinación de sonidos simultáneos y diferentes, pero acordes, al menos en el ámbito musical, donde “bailan las notas de la vida personal y social”. Diego Gracia Guillén se refiere a la salud como “capacidad de posesión y apropiación por parte del hombre de la propia corporeidad”. Es una clara referencia al protagonismo biográfico sobre algo más que el propio cuerpo; sobre la propia persona en su dimensión relacional.

No sólo podríamos recorrer definiciones que nos hacen pensar sobre el concepto de salud, sino también caer en la cuenta de cómo el término lo utilizamos para referirlo a ámbitos como “salud mental”, “salud sexual”, “salud reproductiva”, “salud alimentaria”, “salud animal”, y otras. En cualquier caso, lejos de marear la perdiz con el concepto, caminamos hacia una toma de conciencia de que la salud, no puede reducirse al silencio de los órganos del que sólo nos damos cuenta cuando no está (porque hay ruido = enfermedad). Reclama la autonomía y la responsabilidad.

*David Gonzalo Duarte González. Profesional de la Salud. Especializado en Gerencia en Seguridad en Salud en el Trabajo. dago1286@hotmail.com

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