Por: José Manuel Herrera Villa*

Cuando hablamos de emprendimiento, referimos cualquier acción que signifique realizar algo nuevo y se usa para designar a esta última situación en la que se lleva a cabo la organización de un proyecto personal económico. Es importante económica y socialmente. Es signo de bienestar; de ahí que importante sea entender que cualquier emprendimiento requiere tiempo, paciencia y dedicación. Es por esto que empezarlo es siempre un trabajo consciente y a largo plazo, en el que se propone una idea y se lleva a cabo día a día.

Más allá que hablemos de emprendimientos meramente económicos o personales, de crecimiento, solidarios, colectivos y demás otros, hay siempre un par de elementos a tener en cuenta y hacen que el emprendimiento sea exitoso o no. Uno de los más claros e importantes es el nivel de compromiso y esfuerzo que la persona o las personas que lo llevan a cabo están dispuestos a dar por él. Esto es esencial ya que hará que el emprendimiento salga adelante con la fuerza que se necesite en lugar de estancarse y perder volumen. Es también importante la paciencia que se pueda tener frente a situaciones frustrantes, lo cual significa estar bien preparado frente a este tipo de situaciones y no dejarse vencer por la ansiedad o la negatividad

Ser empresario no siempre ha sido comprendido ni bien valorado; de ahí la importancia de encauzar a la ciudadanía y comunidad en general sobre lo que significa ser un verdadero empresario y lo positivo que resulta para las regiones que cada vez haya un mayor número de ellos. Emprender traduce generar valor para uno teniendo que antes haberlo creado para otros. No es fácil, ni todos pueden. Empresario que no piense en los demás, en cómo resolver los problemas de sus clientes potenciales y así satisfacer a su mercado, no prosperará; de ahí que las ganancias empresariales sean la evidencia establecida por los consumidores de que el emprendimiento cumple con su misión.

Los empresarios son el eje que mueve la economía, innovan, invierten, crean empleo, pagan impuestos, aportan a la paz social, al desarrollo y al crecimiento de las regiones, en lo que es definitivo la competencia empresarial. No obstante, ha habido siempre emprendedores mentirosos; los que no hacen el camino de la libre competencia, sino que se van por los atajos y negocian privilegios que termina pagando la ciudadanía; y, los que acaparan la atención de esa misma ciudadanía por hacer lo mismo con las compras públicas del Estado; lo que indica que no podemos confundir emprendedor con otras especies de aprovechadores, y menos hoy que necesitamos referentes éticos, emprendedores competitivos que sean nuestro orgullo y por ende referentes para las generaciones actuales y por venir. jomahevi@gmail.com *Profesional en Administración y Finanzas. Especializado en Auditoría Integral

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