Por: Rafael Robles Solano*
Apoyar a las instituciones frente a la coyuntura presente, es un asunto bien diferente al respaldo que necesita con urgencia la institucionalidad del Gobierno, sitiado por la falta evidente de gobernabilidad. Las razones de esta fragilidad o si se quiere, debilidad de las actuaciones de emitidas desde la Presidencia de la República, para atender y resolver con actos y decisiones inmediatas para neutralizar, reducir o llevar a término las prolongadas manifestaciones y movilizaciones sociales, lamentablemente brillan por su ausencia o falta de resultados evidentes.
Las actuaciones e instrucciones gubernamentales siguen siendo vacuas y sin acogida real entre la mayor parte de la población colombiana, pese a contar con el respaldo irrestricto de los principales medios de comunicación audiovisuales y escritos, como de los sectores políticos y empresariales más radicales, afectos en su mayor parte a la extrema derecha, ahora autoproclamados como “gente de bien.” Empeñados en no perder y menos negociar sus inmemoriales o mejor, sus tradicionales privilegios estatales, económicos y de clase, que ahora han sacado a relucir.
Como prueba irrefutable de lo expuesto, tenemos como se han conocido aquellos escalofriantes videos de civiles disparando sus armas de fuego contra los manifestantes en zonas urbanas, sin mencionar a los mismos agentes policiales, quienes no solo los auspician, sino que también participan de estas inaceptables actuaciones, con las que vienen contribuyendo a causar el alto número de heridos y muertos resultantes de las protestas ciudadanas.
Ahora bien, es preciso dejar constancia, respecto a que no se aprueba y menos se comparten las actuaciones y agresiones violentas de los vándalos, que patrocinados por los extremistas de izquierda y derecha, intervienen para sabotear, causar daños y pánico entre la población, promoviendo ataques miserables contra los policías y los C.A.Is., con destrozos indiscriminados de almacenes y locales comerciales, de establecimientos financieros, como de la mayoría de las estaciones para los servicios de los transportes públicos y privados, las señales de tránsito, etc. Ocasionando serios perjuicios precisamente para la población que pretenden defender y de las que quieren reivindicar sus derechos sociales, económicos y laborales.
Quizás en buena hora, viene a visitarnos la CIDH, en medio del presente caos para evaluar el estatus quo en que nos hallamos, o sea, frente el estado de las relaciones políticas, económicas y sociales que hoy nos afectan, porque las noticias difundidas a nivel internacional son realmente alarmantes, los hechos resultantes de las confrontaciones diarias entre los jóvenes, los representantes policiales y los agentes de represión estatales, quienes como ya se mencionó, intervienen vestidos de civiles, disparando y también participando activamente en las capturas, maltratos abusivos o torturas, desaparición y muerte de algunos de los muchachos detenidos, ameritan su presencia en nuestro país, para establecer hasta donde el Estado o mejor, el Gobierno en funciones, ha sido permisivo y patrocinador o por el contrario, diligente para evitar estos desmanes provenientes de las autoridades ya descritas.
Conviene que el Gobierno, dinamice los diálogos y las negociaciones con los delegados del comité nacional del paro, que las extienda a las regiones, permitiendo la libre como amplía participación de diferentes sectores de la sociedad civil que actualmente no se encuentran representados en la mesa aludida, para que no se dilate innecesariamente la toma de medidas reales y efectivas, en favor de la sociedad colombiana. lideresocial@hotmail.com *Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL