Por: Iván Meneses Periodista.
En las aguas del río Magdalena, una nueva especie ha llegado para quedarse. El pez basa, originario de la cuenca del río Mekong en Asia, se ha convertido en una amenaza para la biodiversidad y la economía de la región.

Con su imponente tamaño puede alcanzar hasta 1,5 metros de longitud y 40 kilogramos de peso. Esta especie se ha ganado el respeto de los expertos. Sin embargo, su presencia en el río Magdalena es un motivo de preocupación.

“El basa es un depredador formidable que compite con las especies nativas por alimento y espacio”, afirma Carlos García, vicepresidente de la Asociación Colombiana de Ictiólogos. «Su presencia en el río Magdalena puede tener consecuencias devastadoras para la diversidad de la fauna nativa y endémica de la región.”
La introducción del pez basa en el río Magdalena se ha producido de manera ilegal, lo que ha generado una gran preocupación entre los expertos. “La presencia de esta especie puede afectar la pesca artesanal y la economía de las comunidades ribereñas”, afirma García.
Además, el pez basa puede ser un vector de patógenos y parásitos, lo que genera incertidumbre sobre su impacto en la salud pública.

La situación es crítica, y los expertos urgen a las autoridades a tomar medidas para controlar la población de pez basa en el río Magdalena. “Es fundamental que se tomen medidas para proteger la biodiversidad y la economía de la región”, afirma García.
La batalla contra el pez basa ha comenzado. ¿Podremos proteger la riqueza natural del río Magdalena antes de que sea demasiado tarde?
