Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*
Evidente es que estamos en un mundo cada vez más incierto, por lo que necesitamos un punto de referencia y una hoja de ruta, a fin de hacerle frente a las tensiones crecientes en los órdenes internos y externos. Un marco ordenador que refleje el consenso amplio gubernamental y de la sociedad civil respecto a definir un desarrollo sostenible con equidad y la reducción de los conflictos, interesando entonces proponer estrategias que nos aproximen al logro de objetivos ciertos y hacer realidad en relación a cuanto se ha avanzado y cuánto falta para alcanzar las metas, con lo que se contribuirá a la formulación de políticas en consonancia con esos propósitos y a la combinación de la respuesta a los problemas estructurales con necesidad urgente que se actúe frente a las coyunturas críticas que vivimos.
El reto es determinar las secuencias de implementación y evaluar las sinergias para avanzar con mayor eficacia y velocidad hacia una real como verdadera recuperación transformadora.
Los grados de incertidumbre, conflicto e inestabilidad observados y padecemos no son un fenómeno inevitable, sino producto de las decisiones de política adoptadas sin la creación de los elementos necesarios para un crecimiento equilibrado y la construcción de una superior prosperidad y bienestar; lo que ha agudizado las asimetrías y se profundizado inequidades y generando las consabidas disparidades; lo que implica la búsqueda y procura de caminos que eviten inequidades, lo que equivales a reafirmarse en la importancia de las políticas y negociaciones de acuerdos con base en la cooperación de todos .
Nuestra economía presenta problemas estructurales, evidente es, hoy potenciada por la emergencia, la contracción económica que estamos viviendo, lo cual debe concientizar a los actores políticos y económicos de las vulnerabilidades de los modelos de desarrollo anteriores, así como de la necesidad de cooperación y solidaridad para resolver problemas como el cambio climático y demás otras amenazas y latencias; lo que impone la importancia de la economía del cuidado. Igual importan políticas públicas para enfrentar los choques, aminorar impactos, evitar el colapso de la economía y facilitar la recuperación. Es mostrar la capacidad de la sociedad para promover soluciones innovadoras y rápidas ante los choques, tanto más eficaces cuanto mayores hayan sido los consensos políticos y la transparencia de la intervención pública.
Requerimos de propuestas específicas en las que la respuesta a la crisis se articule con el cambio de los modelos de desarrollo y que las políticas de corto plazo se vinculen con la solución de problemas estructurales de largo plazo, tales como desigualdad, rezago tecnológico y productivo y la destrucción del medio ambiente. Es prepararse hoy más que nunca para abordar estos temas de manera colectiva y simultánea. Si no se cambia el modelo de producción, difícil será avanzar hacia escenarios de prosperidad.
La propuesta es impulsar la sostenibilidad, hacer clave la inversión pública y la construcción de capacidades endógenas con base en las políticas y sectores que se identifican con la problemática y todo cuanto implique el pleno reconocimiento de los vínculos de solidaridad que deben conectar a los ciudadanos, cuyo bienestar depende de la resolución de los problemas.
Necesario es sin duda recuperar la política y los acuerdos democráticos como parte esencial de la solución a los problemas económicos y sociales de la sociedad, ya que la incertidumbre y la perplejidad provocadas muestran la importancia de los acuerdos y de la acción colectiva, en vía a vigorizar la integración para impulsar la tan necesaria recuperación transformadora.
La integración es necesaria para que la transición hacia un nuevo modelo de desarrollo se logre más rápidamente, con menores costos y con una mayor productividad, aprovechando las economías de escala en la inversión en infraestructura, la creación de nuevas actividades económicas y empleos y el impulso a la investigación y el desarrollo tecnológicos para la innovación; en la certeza que la integración nos hará más influyente en materia de comercio, inversión, tecnología y medio ambiente que regirán en un futuro próximo, siendo imprescindible recuperar el concepto de ciudadanía y de igualdad de derechos para estructurar un nuevo ciclo de políticas de desarrollo centradas en crecimiento, empleo, sostenibilidad y equidad, fundamentos esenciales para construir un mejor porvenir.
*Rubén Darío Ceballos Mendoza. rubenceballos56@gmail.com Jurista.
HACER QUE LO BUENO SUCEDA (I)