Por: Periódico El Derecho

Se impone entre nosotros, y esto es importante y urgente, buscar, implantar, establecer e implementar procesos interculturales soportados en la existencia de las numerosas sociedades que poseemos y que dueñas son de propias y originales manifestaciones culturales y lingüísticas, así como de particulares cosmovisiones y tradiciones ancestrales. Ayuda en ello la cultura como pieza clave para el desarrollo local y comunitario, la cual debe ser gestionada desde cualidades muy profesionales. En este contexto, necesaria es una adecuada Gestión Cultural, esa gran labor profesional de quienes ponen en contacto a la cultura con la sociedad y no lo hacen como críticos o como educadores, sino a través de una programación cultural y unos proyectos culturales, desde el fomento de la participación en actividades culturales, gestionando proyectos que nacen desde la iniciativa ciudadana, ayudando a desarrollar las posibilidades culturales de un grupo determinado, entre otras; toda vez que implica la utilización de todos los elementos habituales de gestión, pero comprendiendo la especificidad del mundo cultural y las implicaciones que tiene la cultura para la sociedad. 

Radica la importancia de la gestión cultural en que está en un lugar determinado, en una institución, en una comunidad. Su labor contribuye a hacer siempre presente una determinada parte de la cultura en ese lugar específico. Cultura siempre significa “valores”, “actitudes”, “visión del mundo”. Por lo tanto, contribuye a hacer presente esos valores, esa visión del mundo, que van marcando la mentalidad en ese lugar en ese momento histórico. Por otro lado, contribuye a crear una sociedad que aprecie la cultura, el patrimonio y se dé cuenta que vivir la cultura es parte importante de la calidad de vida.

Por ello, la labor del Gestor Cultural es trabajar, dialogar, convencer, convocar, recoger iniciativas y darles forma, involucrar a las personas en los proyectos, tener una visión y saber que hay una misión que se corresponde con esa visión. Y no perder nunca la fuerza, la perseverancia, la fe en que su trabajo es importante para la sociedad, lo reconozca o no. Por ello, el papel del Estado debe ser muy activo para una adecuada Gestión de la Cultura, si se entiende que cultura es un bien público, que básicamente es la expresión de la libertad de los individuos, lo que determina que, en cualquier caso, el Estado debe instaurar un marco que permita y favorezca el desarrollo de la vida cultural

A partir de ahí, habrá que mantener un debate público sobre si, en un momento determinado, el Estado debe hacerse más o menos presente en la vida cultural para conseguir unos objetivos que son culturales, pero siempre también sociales. Por supuesto, cuando hablamos de “Estado” estamos hablando de todos los niveles de la administración pública: en cultura, por ejemplo, es esencial que las municipalidades asuman una gran responsabilidad por la cultura, por el patrimonio local, por incentivar a los ciudadanos de esa municipalidad concreta. La descentralización, si se cuenta con políticos responsables y bien preparados y con gestores culturales serios y profesionales, siempre deberán favorecer a la cultura.

No podemos olvidarnos que somos un país inspirador, biodiverso y pluricultural que sirve como insumo de pensamiento para la generación de nuevos bienes y servicios; y que, en la actualidad, y luego de transitar lentamente hacia su reconocimiento, la Industria Cultural y Creativa es registrada en el país como una economía fuerte que hoy trabaja a través de sus actores con el fin de obtener canales de respaldo y de política pública para todos los sectores que componen la industria, llamada frecuentemente “Economía Naranja”, definida por el DANE como el conjunto de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales, cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual”.

Es esta una economía en la que se agrupan artes, patrimonio, industrias culturales, creaciones funcionales, nuevos medios y software, lo que haceimportante gestionar el sector cultural y creativo a partir de aspectos como la creación de herramientas tecnológicas, políticas públicas, logística para el emprendimiento, ciclo de vida de los productos, recursos para el sector, formación de público, innovación de mercados y propiedad intelectual, entre otras particularidades que apuntan al desarrollo del sector.

Es identificar y desarrollar iniciativas para la gestión del sector; enfrentar los contextos del mundo globalizado; conocer los principios de gestión para diseñar, planificar e implementar proyectos para los bienes y servicios de la industria y responder a las necesidades del mundo laboral con posibilidad de crear empresas o desempeñarse en cualquier organización nacional o internacional. Es ello tarea primordial en todos los contextos y niveles, así que manos a la obra toca como llamado y consigna.

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