Periódico El Derecho
El teatro del absurdo surge tras la Segunda Guerra Mundial, en el marco de las nuevas vanguardias literarias y se habla de «La cantante calva» de Ionesco como la primera obra teatral definida dentro de esta corriente, en la que se distinguen dos características principales del teatro del absurdo: -una concepción del Mundo; y, -una nueva forma de expresión dramática.
Respecto de la primera, es de destacar que el teatro del Absurdo está estrechamente ligado a la literatura existencial de Albert Camus o Sartre y, yendo más lejos en el tiempo: de Pirandello y Kafka. En tal sentido, los temas tratados tienen que ver con el hombre perdido en un mundo en el que no encuentra su sitio y en el que se ve la vida como una tragedia burlesca, los temas principales son la angustia vital ante la muerte, la nada, el paso del tiempo, la soledad o la incomunicación. Hay que recordar que Europa proviene de dos grandes guerras mundiales con millones de muertos; de una situación en la que la mirada de las Artes está muy condicionada ante los graves hechos históricos que en literatura o en teatro, al igual que en otras facetas artísticas, cobra carta de naturaleza de esta forma.
Al fin y al cabo, el Arte intenta explicar la vida. En cuanto a lasformas de expresión dramática, lo que pretende esta forma de teatro es presentar el absurdo del absurdo en su máxima expresión. Las escenas son absurdas, ilógicas, con un alto grado de incoherencia; personajes vacíos entre ambientes extraños. Todo ello sazonado con diálogos imposibles, frases carentes de sentido, monólogos sin coherencia.
La tragedia, la angustia se mezclan con lo grotesco. En definitiva, el teatro del absurdo muestra la existencia humana desde un punto de vista extravagante, contrario y opuesto a la razón, el absurdo en su máxima expresión, pero haciéndolo sentir, más que hablando de ello, sobre las tablas del escenario.
Importancia cumbre tiene este teatro. Eugene Ionesco, Francés, de origen rumano, inaugura en 1959 el teatro del absurdo con la obra teatral ‘La cantante calva‘, una obra en la que no aparece ninguna cantante, y mucho menos, calva. La obra se componía de una sucesión de escenas sin demasiado sentido, cargadas de lenguaje grotesco. Al igual que el resto de obras que escribiría posteriormente, ‘Las sillas’, ‘La lección’, subyace una angustia existencial al referir la condición humana. Se habló de que practicaba el anti-teatro, dado que rompía todas las reglas del teatro clásico y de lo que el público estaba acostumbrado a contemplar.
Posteriormente, su carrera teatral cambia hacia otras tendencias más humanistas, cercanas a la parábola. Es el caso de ‘Rinoceronte’ (1960), una obra que cuenta cómo los hombres, en cierta ciudad, se están convirtiendo en esa especie animal, describiendo la deshumanización de la raza humana. O, en la obra ‘El rey se muere’ (1962), donde se describe la agonía de la muerte de un rey y cómo todo a su alrededor sucumbe.
Otra grande es Samuel Beckett, nacido en Irlanda en 1906, tiene en ‘Esperando a Godot’ (1953), una de las obras clave del teatro contemporáneo. Los personajes en la obra esperan a Godot, un personaje del que nada se conoce y que nunca llega. La obra es una sucesión de interrogantes sobre el sentido de la vida y sobre la necesidad constante de la espera. Le siguieron otras obras y novelas que ahondan sobre la cuestión. ‘Final de partida’ (1957) o ‘¡Oh!, días felices’ (1963) siguen mostrando vidas vacías y sin sentido. En la novela, cambiando estructuras y técnicas narrativas que se venían utilizando, escribe ‘Molloy’ o ‘El innombrable’. En 1969 recibió el Premio Nobel de Literatura. Otros autores de este teatro fueron: Jean Genet, también francés, con ‘Las criadas’ o ‘El balcón’; ingleses como PinteryKopit; o el español Fernando Arrabal en su primera época, también fortalecieron el teatro del absurdo.