Rafael Robles Solano

Por: Rafael Robles Solano*

Abordo este delicado tema, utilizando como referencia del presente titular, al malévolo personaje fallecido a la edad de 66 años, en extrañas circunstancias en agosto de 2019, cuando se hallaba preso, a la espera de un juicio en su contra, por liderar de una extensa red internacional de tráfico de jovencitas menores de edad, con

cargos federales por promover la prostitución y el abuso sexual infantil, que terminaron vinculándolo a su extensa historia criminal, porque a lo largo de su vida, estuvo conducida o manipulada gracias a su enorme poder económico e influencias con los más selectos estratos de las finanzas, la política; figuras del cine, las artes y la cultura en Estados Unidos, con la nobleza de Inglaterra y de Europa, con lideres de América Latina; con algunos jeques Árabes y exministros de Israel, entre muchos otros, según listado que recién se publicó por cuenta del Miami Herald.

Jeffrey Epstein, aprovecho sus excelentes relaciones como asesor financiero alrededor del mundo, y sus privilegios de multimillonario, que le permitieron que muchas de las denuncias iniciales formuladas en su contra, no prosperaran y fueran desestimadas por las autoridades norteamericanas.

Es así como vemos que encontrándonos terminando ya el primer cuarto del siglo XXI, observamos que las civilizaciones contemporáneas, más allá de los modernismos tecnológicos, sociales y culturales, conserva entre sus tradiciones y costumbres, algunas que han logrado subsistir a través de la historia humana, entre ellas, el

fenómeno de la prostitución infantil, reservado en el presente análisis solo para las elites más exclusivas de la política, las finanzas, los grupos industriales, empresariales y las clases relacionadas con el mundo de los espectáculos, el deporte y carteles de las drogas, quienes siguen teniendo acceso a esta clase de actividades, donde se explotan las necesidades económicas de jovencitas y sus familias, para que se permitan tales prácticas.

Con el panorama reseñado, solo resta deplorar, que las autoridades judiciales de todo el mundo se encuentren generalmente maniatadas y sujetas a las influencias y poderes que personajes como el que motiva estas reflexiones, sigan imponiendo y explotando los servicios sexuales de niñas menores de edad, para satisfacer sus degradantes gustos pedófilos, la cual actualmente es conservada y reservada para las elites citadas.

Tal como indicaba al inicio del estas líneas, analizar estas polémicas prácticas y sobre las mismas, exponer y plantear soluciones o acciones más contundentes, para perseguir, capturar y juzgar a estos personajes, configura un tema delicado por las implicaciones que tiene socialmente, el exponer públicamente a estos pederastas o violadores de menores, porque desafortunadamente esta clase de actividades, no se circunscribe únicamente a las elites, pues también ocurre en todos los demás estratos sociales.

Así las cosas, lo único que resta decir, es que toca y debemos seguir luchando para proteger y defender a los niños de los abusadores sexuales que tanto daño causan, como hemos visto con los últimos asesinatos de menores causados por estos depredadores.

*Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL. lideresocial@hotmail.com

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