Rafael Robles Solano

Por: Rafael Robles Solano*

Ante comentarios de algunos lectores respecto de mis constantes cuestionamientos contra el gobierno actual, debo comentar que vengo intentando evitar referirme tan asiduamente a sus actuaciones, sin embargo, no puedo sustraerme de los mismos, en la medida en que la administración del Presidente Duque, parece empeñarse en propiciar comportamientos que terminan afectando o distorsionando las acciones que implementa dentro de lo que puede considerarse y valorarse como Políticas de Estado.

En ese orden de ideas, me remito al artículo titulado: “OTRAS FALACIAS GUBERNAMENTALES ANTE EL PROCESO DE PAZ,” publicado en semanas anteriores, donde me referí puntualmente a las contradicciones entre lo que dice hacer el Presidente y lo que realmente consigue materializar, allí, en particular me referí a la interesante publicación auspiciada por la oficina de la Presidencia de la República titulada: “TRES AÑOS DEL GOBIERNO DEL PRESIDENTE IVAN DUQUE MARQUEZ”, en las que detalladamente enumera 260 logros, enmarcados en 4 grandes temas, LEGALIDAD, EMPRENDIMIENTO, EQUIDAD y ESTRATEGIAS INTEGRALES PARA ENFRENTAR LA PANDEMIA DEL COVID 19. No pretendo entrar a discutir, ni cuestionar la legitimidad de dichos logros, ni más faltaba. Sin embargo, como ya anoté los hechos parecen empeñarse en evidenciar lo contrario, porque sus políticas públicas lo contradicen en muchos aspectos.

En las últimas semanas seguimos conociendo por solo citar algunos casos, como han sido los nombramientos de algunos personajes en cargos diplomáticos y en la administración pública, o propiciando que su bancada y sus aliados del gobierno, impulsarán y consiguieran aprobar el levantamiento en la Ley de Garantías, de aquel articulito que controla los desvíos del presupuesto, con ocasión de las próximas contiendas electorales.

Es lamentable observar cómo desestima imprudentemente las implicaciones y consecuencias que dichas actuaciones acarrean para garantizar el equilibrio que debe prevalecer de cara a los adversarios políticos que son contradictores del Gobierno actual y que pretenden aspirar al congreso y a sucederle en la Presidencia.

Así las cosas, es evidente que si bien Iván Duque, no tiene mayores pretensiones para seguir interviniendo directamente en el manejo de su colectividad, también muestra un absoluto desdén por el escenario político que deja a su paso y que se avecina, pues con sus actos recientes, demuestra que le tiene sin mayor cuidado las consecuencias de su conducta, lo cual eventualmente también contribuye a perjudicar hasta su propio partido, dado que su deteriorada imagen, implica que se le reproche no sólo su falta de liderazgo en momentos tan neurálgicos como los presentes, pero en especial para su máximo exponente, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien ha perdido la preponderancia hegemónica de tiempos pasados, ya que se le torna más difícil la selección de sus propios candidatos, debiendo ahora tener que conciliar y convenir con alianzas estratégicas para tratar de conservar el control político y que el Centro Democrático, no termine en un lánguido final.

Para concluir, ante éste escenario, solo resta deplorar que con sus actuaciones, consiga aumentar la polarización que sacude a la sociedad colombiana, que hastiada de tanta corrupción, se encuentra inmersa en un mar de confusiones y dudas con respecto a las elecciones, pues más de la mitad de los aspirantes a la curules, siguen ocultando sus antecedentes y se proyectan dispuestos a no perder sus electores, recurriendo a las figuras de los que se conoce como candidatos “en cuerpos ajenos,” donde sus familiares más cercanos, se prestan para convalidar esta aciaga modalidad, carente de la más mínima ética social.

Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL. lideresocial@hotmail.com.co

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