Rafael Robles Solano

Por: Rafael Robles Solano*

A propósito de las elecciones que se avecinan, llama la atención como en medio de semejante multitud variopinta de candidatos, no aparecen propuestas concretas en favor de las reivindicaciones sociales que reclama la mayor parte de la población colombiana.  Entre ellos se observa y deduce, como el problema social que actualmente vivimos, no se halla entre sus primeras propuestas, especialmente en aquellas que atañen a lo relacionado directamente con superar las secuelas o consecuencias del proceso de paz, que continúa siendo cuestionado por las facciones más radicales de la extrema derecha y en particular, por los aspirantes surgidos de las entrañas del Centro Democrático, que continúan sin resignarse a perder sus privilegios burocráticos y además, siguen empeñados en sabotear y acabar con lo poco que se ha podido estructurar del mismo.

Comedidamente me permito traer a colación apartes de una publicación de julio 3/2021, que titulaba: “INDIFERENCIA O RESIGNACIÓN SOCIAL,” en la que destacaba: “… como persisten y prevalecen los temores, rencores y odios de todos aquellos que, de una u otra forma, terminaron involucrados o siendo parte de los actores o víctimas de la violencia y del conflicto armado que viene padeciendo Colombia a través de la historia…”  Y añadía lo siguiente: “Temen al proceso de paz, aquellos que intervinieron y participación de dichas disputas, sea financiando a los grupos armados creados para enfrentar a la subversión y quienes se beneficiaron directa o por interpuestas personas, de los desplazamientos selectivos de campesinos y poblaciones rurales enteras, al adquirir las tierras objetos de los desalojos masivos, a precios infames como acaba de reconocer Mancuso en sus últimas declaraciones…”

Todos estos candidatos nacidos de las posturas antes aludidas, eluden discretamente comprometer sus propuestas y proyectos electorales, de cara a la delicada situación social en que nos encontramos, porque se debaten entre sus convicciones, los intereses partidistas y personales, creados para propiciar la validez de sus aspiraciones electorales y la realidad colombiana.

Como siempre acontece en estos casos, tenemos aspirantes que se destacan por tener buenos perfiles y excelentes hojas de vida, en éste punto, aludo especialmente a los que tienen pretensiones presidenciales, los hay para escoger, provenientes de todas las facciones ideológicas y políticas, con antecedentes en el congreso y en la administración pública, en el sector privado y académico, pero la mayoría, sin grandes respaldos partidistas, producto de la multitud de intereses que concurren a sus respectivas candidaturas, de modo que aparentemente, ninguno aglutina masivos respaldos de unidad social, que para el objeto de éste artículo, es la razón que motiva las presentes líneas.

Hoy como nunca antes, se espera y pretende de los ciudadanos, que, por fin se vinculen y participen decididamente de la próxima contienda electoral, apoyando a los aspirantes de sus preferencias y qué para esto, ojalá se presenten debates con altura entre ellos, no como desde ahora se avizora, recurriendo a estrategias desleales, de “juego sucio,” de ataques bajos y aleves en contra de los más opcionados, como han sido evidentes en las campañas anteriores.    

Pero la realidad en principio parece ser contraria a la consolidación del maltrecho proceso de paz, afectando los escenarios de reconciliación que resulten propicias para facilitar la materialización de esta difícil y compleja transformación hacia la paz que tanto necesitamos. 

*Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL. lideresocial@hotmail.com.co   

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