Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*

Nuestras unidades territoriales en su mayoría no merecen lo que les está aconteciendo. Debe brillar siempre en las ciudades y departamentos la luz del entendimiento en su máximo esplendor, tanto, que su claridad deje una estela que cause envidia de la buena. Ser para todos territorios singulares, atractivos, cómodos, modernos. Ser unidades donde se sienta por parte de sus dirigidos que sus dirigentes quieren un real y verdadero equilibrio en lo político, social, económico y demás otros generales y esenciales aspectos, situaciones, circunstancias y condiciones.

Políticos que busquen la gran luz, misma que ilumine los senderos mejores que nos acerquen a entendimientos superiores en articulación y armonía. Que busquen nuevas puertas de entrada y de salida. Hacer que sus gobiernos sean empáticos, solidos, Sean bien administrados, gestionados y gerenciados en verdad. Que sus mandatarios se acerquen a las personas, oigan sus demandas, entiendan y resuelvan sus necesidades, especialmente las básicas insatisfechas. Dirigentes y gobernantes que estructuren municipios y departamentos que generen economía, bienestar suficiente y sean una realidad que nos llene de sano orgullo, del que todos sepan, del que todos se enteren y puedan emular.

¿Pero que tenemos? Una política sustituida por el oportunismo, por el populismo, una política envenenada, nada creativa, sucia, llena de fango, de mezquindades, nada navegable, atascada, mal oliente, empequeñecida, pobre en conceptos, irrealizable, apocada, sin grandeza, tampoco decente. Una política que nos pide a todos que estudiemos y analicemos contextos, reflexionemos, pensemos en cómo hacerla mejor, en cómo hacerla útil, servicial, sólida, respetada y respetable. Que despertemos, que pongamos los pies en la tierra y en la realidad.

Queremos para nuestros municipios y departamentos todos, gobiernos en capacidad de generar y regenerar acciones positivas, definir para ellos mejores entornos en todos los sentidos, gestionen, habiliten y  rehabiliten, los hagan importantes, ganemos todos apoyándonos en las iniciativas mejores en la verdad que para cada uno los reconocimientos llegarán. Este es uno de esos momentos. No podemos seguir mostrándonos los dientes. Es hora de tender puentes y no de crear abismos. Seamos todos alternativas reales. Reconstruyamos, restauremos, avancemos, regeneremos, creemos y recreemos, accionemos, ejecutemos, asumamos las responsabilidades que todos tenemos en mayor o menor grado respecto de lo que está ocurriendo entre nosotros, en la seguridad que saldremos avante y la victoria estará ahí para ser disfrutada por quienes habitamos nuestros bellos territorios, ávidos de consensos y acuerdos para potenciarnos como debería y tendría que ser si respondemos y actuamos con denuedo como un solo hombre en su proyección, búsqueda y procura de la grande prosperidad que anhelamos y merecemos. 

saulherrera.h@gmail.com *

Abogado. Especializado en Gestión Pública. Derecho Administratuvo y Contratación Estatal.

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