En el pasado mes de abril nuestro vecino país del Ecuador y el Japón fueron sacudidos por fuerza devastadora de la naturaleza con movimientos telúricos de 7.8 y 7.3 grados en la escala de Richter.  Aunque el sismo afectó con mayor gravedad la zona costera ecuatoriana fue sentido con gran intensidad en Quito que está ubicada a 170 kilómetros del lugar de origen, incluso en nuestro país se sintió con fuerza en el departamento de Nariño, Cali y Bogotá.  El aeropuerto José Joaquín de Olmedo de Guayaquil fue cerrado.   La principal ciudad devastada por el terremoto fue Pedernales, ubicada en la provincia de Manabí.  Su alcalde, Gabriel Alcívar declaró en un pequeño pero contundente mensaje el tamaño de la tragedia:  “No es el colapso de una casa, sino el colapso de un pueblo entero”.

El epicentro de este violento movimiento sísmico se situó entre las localidades de Cojimies y Pedernales, en la zona norte de la provincia de Manabí.   En la provincia de Esmeraldas se reportaron cortes de electricidad, y se informó que edificios y centros comerciales en todo el Ecuador fueron evacuados.

El presidente Rafael Correa tuvo que suspender su viaje a Europa y señaló a los medios de comunicación en un sentido mensaje que ésta es “La mayor tragedia de los últimos 67 años”

Según el registro del Instituto Geofísico de los Andes, después del sismo se presentaron más de doscientas réplicas con magnitudes por encima de los seis grados en la escal abierta de Richter.

EN EL JAPON

En condiciones similares se encuentra el Japón que fue azotado por dos nuevos y potentes terremotos que golpearon las prefecturas de Kumamoto y Oita, en la isla de Kyushu, en el sudoeste del Archipiélago Nipón.  El primero de los dos terremotos más potentes de 6.5 y 7.3 provocaron el derrumbe de construcciones y corrimientos de tierras, especialmente en las localidades de Mashiki y Minamiaso.

En esta última localidad los organismos de rescate siguen buscando víctimas y personas desaparecidas, según las autoridades locales.

EL CUERPO DE BOMBEROS VOLUNTARIOS DE PASTO JUEGA UN PAPEL IMPORTANTE EN EL RESCATE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ECUADOR

El grupo USAR del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Pasto, con un total de 15 unidades prestó invaluables servicios en las tareas de rescate de las víctimas del violento terremoto que azotó a nuestro vecino país del Ecuador.  Se trata de un grupo conformado por 35 voluntarios socorristas especializados en localizar,, ubicar y rescatar personas que hayan quedado atrapadas en estructuras colapsadas.

El comandante de este organismo Teniente Charles Benavides expresó que su equipo de bomberos tiene mucha experiencia en estas tareas ya que han participado con gran éxito en otras labores de rescate como en Popayán, Armenia y en el Perú.

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