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Por: Redacción National Geographic

Los factores que llevaron al estallido de la Revolución francesa y el consiguiente declive de la monarquía fueron muchos, y supusieron la difusión de las ideas de la ilustración y un contexto de crisis política en el país. La Revolución francesa, que tuvo lugar entre 1789 y 1799, fue un período de gran agitación social y política en Francia que marcó un punto crucial en la historia de ese país y del mundo occidental, define la Enciclopedia de Historia Mundial, una enciclopedia online de referencia fundada en 2009. Este periodo se caracterizó por profundos cambios sociales y políticos que transformaron la estructura del país, lo que desencadenó el colapso de la monarquía y el nacimiento de la primera República Francesa, documenta la Enciclopedia.

Allégorie révolutionnaire (Alegoría de la revolución) de Nicolas Henri Jeaurat de Bertry, 1794, es una obra realizada en honor al filósofo de la Ilustración Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), cuyo retrato se ve en la parte superior de la pintura. Se encuentra expuesta en el Museo Carnavalet de París, Francia. Fotografía de dominio público.

Pero, ¿cuáles fueron sus orígenes y los motivos que llevaron a este suceso histórico? ¿Cuáles fueron las causas de la Revolución francesa? La Revolución francesa fue resultado de un conjunto de factores tanto generales como específicos y “tuvo su origen en problemas profundamente arraigados que el gobierno del rey Luis XVI de Francia (quien reinó de 1774 a 1792) no fue capaz de solucionar”, señala la fuente antes mencionada.

Según la Enciclopedia Britannica (la versión electrónica y completa de la más prestigiosa enciclopedia en lengua inglesa), entre los factores más relevantes que condujeron a este periodo histórico se encuentran:

Estructura social: el régimen feudal estaba debilitado, y una élite cada vez más numerosa y próspera de plebeyos ricos, compuesta por comerciantes, industriales y profesionales, aspiraba a obtener poder político.

Descontento campesino: los campesinos, muchos de los cuales poseían tierras, buscaban liberarse de los últimos vestigios del feudalismo para obtener los mismos derechos que los terratenientes.

Crecimiento demográfico: a partir de 1730, la mejora en las condiciones de vida redujo la mortalidad y provocó un aumento significativo de la población en Europa, especialmente en Francia, donde la demanda de alimentos y bienes se incrementó.

Inflación y crisis económica: la explotación de nuevas minas de oro en Brasil provocó un aumento generalizado de los precios en Europa, seguido por una desaceleración económica y crisis recurrentes desde 1770.

Difusión de ideas ilustradas: los philosophes (intelectuales que defendían las ideas de la Ilustración y la razón humana), como Montesquieu, Voltaire y Rousseau, influyeron en la sociedad educada, promoviendo ideas de reforma social y política.

Crisis política: las deudas generadas por las guerras del siglo XVIII llevaron a los gobernantes a intentar gravar a la nobleza y al clero, lo que provocó resistencia y tensiones políticas que contribuyeron al estallido de la Revolución.

Incapacidad de la monarquía: la monarquía francesa, percibida como incapaz de adaptarse a las nuevas presiones sociales y políticas, perdió legitimidad y fue incapaz de frenar el descontento generalizado.

De acuerdo con la Enciclopedia de Historia Mundial, la Revolución concluyó con la ascensión de Napoleón Bonaparte, y el comienzo de la era napoleónica. “Aunque la Revolución no pudo evitar que Francia volviera a caer en la autocracia, tuvo éxito en otros aspectos. Inspiró numerosas revoluciones en todo el mundo y contribuyó a dar forma a los conceptos modernos de Estado-nación, democracia occidental y derechos humanos”, concluye la fuente histórica.

*National Geographic

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