Por: José Manuel Herrera Brito
En el propósito, meta, dirección u objetivo, entre otras búsquedas, orientados a construir la sociedad mejor que deseamos, anhelamos y queremos, necesario es establecer planes, proyectos y programas comunes que se puedan hacer realidad, en lo que ayudan voluntad y compromiso manifiesto de la mayoría de los asociados, en la verdad que tenemos problemas comunes que requieren igualmente de soluciones en ruta a resolverlos. Necesario en ello, una participación generalizada que permita modificar todo aquello que afecta el bien y buen vivir en todos los círculos de nuestros entornos, como maneras indispensables para caminar juntos como una sola sociedad que quiere avanzar.
Deberemos en adelante, lo que puede tomarse como una lección más de la emergencia que aún vivimos, una convivencia diaria mayormente marcada por importantes cambios en las formas de interactuación, tener intenciones claras sobre lo que significará nuestra presencia en todas las muchas actividades dejadas de lado durante la misma, volver al contacto con amigos y familiares guardando todas las recomendaciones y medidas pertinentes que nos permitan vivir en consenso, además de coincidir en lo fundamental.
Consensuar es precisamente el resultado del diálogo que permite comprender nuestras diferencias y de todos modos encontrar sentido de comunidad, por lo que obligados estamos a hallar puntos de encuentro, los más posibles, así como fijar acuerdos sencillos, pero poderosos, para perseguir hasta alcanzar bienes comunes que a todos nos beneficien en gran medida, así como otros comportamientos que sean positivos para el día a día, lo que nos hará una comunidad sólida, granítica, con soportes que darán conducción a todas las actividades,
Es el rumbo que nos debemos, lo mismo que revalorar muchas de las condiciones de vida que pensábamos seguras y se alteraron con la pandemia, así como las adaptaciones y adopciones que hubo que hacer para sobrellevar una crisis nunca antes padecida en los últimos decenios. Y si bien se reaccionó con rapidez, seguimos en medio de un proceso sanitario aún inacabado, pero ojalá pueda anticiparse una salida venturosa de cara a un mejor porvenir.
Importa aprovechar este suceso para cambiar sustancialmente nuestra correspondencia con la tierra, al igual que estructurar en mejor forma y manera la relación, integración, tejido y cohesión social mantenido hasta antes de esta emergencia sanitaria, económica, social y también ambiental. Nuestro camino si queremos sobrevivir en mejores condiciones, tiene que ver con la necesidad, imperiosa por demás, de construir sociedades dignas, éticas, equitativa y equilibradas en sus cimientos, lo que nos llevará con rapidez, pero desde luego que con esfuerzos y sacrificios, a dialogar sobre cómo mejorar para todos las condiciones de vida personales y colectivas a partir de los entornos cercanos en los que se concitan los principios sociales a compartir y convertir en normas que debemos reconocer y respetar en contexto de civilidad. saramara7@gmail.com