Por: José Manuel Herrera Brito

¿Estamos desestabilizados o al menos es esa la sensación que tenemos la mayoría de los colombianos? Diría que sí. Grave a todas luces lo que está sucediendo en todas las latitudes de nuestro país. Pareciera que asistimos a un acelerado proceso de deconstrucción, como si se tratara de una involución de carácter social, político, cultural y económico, entre otros particulares y generales aspectos; y el cual va mucho más allá, como es agobiar las estructuras e institucionalidad toda de nuestro Estado Social de Derecho y por ende crear caos entre la población, lo que es de por sí más que aberrante, toda vez que conduce a escenarios nada sustentables y nada sostenibles.

Se han valido en nuestro caso colombiano, por parte de quienes detrás de todo lo cual se encuentran -independientemente de las causas mayores o menores que esto ha generado- de todos los pretextos habidos y por haber para copar municipios, departamentos, regiones, país y producir bloqueos, vandalismo, delincuencia y crímenes de toda naturaleza, aumentando exponencialmente la incertidumbre poblacional y de paso su institucionalidad.

Hemos perdido credibilidad. No hay confianza ciudadana en la institucionalidad ni en sus gobernantes. Ausentes estamos de inteligencia estratégica, como expuestos a la burla y desinformación de la prensa nacional e internacional. Vilipendiada a tope nuestra Fuerza Pública, lo que es aprovechado por las hordas vandálicas para provocarlas y actuar contra ella sin límites, lo mismo que unos proclives organismos internacionales que las atacan sin argumentos, cuando en verdad son azuzadas por entrenados delincuentes pagados por políticos nacionales que todos conocemos y gobiernos extranjeros, lo que ha sido comprobado por la opinión pública nacional e internacional. Definitivamente es una orquestación tendiente a debilitar nuestras bastante afectadas estructuras.


Es este sin duda un todo planeado y dirigido que usa a los civiles como alfiles para presionar a todos los niveles. Sindicatos, afros, transportadores, campesinos, indígenas, estudiantes e inconformes para producir marchas, protestas y bloqueos, infiltrando subversivos y delincuentes de toda laya para potenciar terror, violencia, delitos, crímenes, violencia, obstaculizando el libre tránsito de alimentos, fomentándose con ello alzas inusitadas en todos los productos de primera necesidad, causando malestar, al tiempo de culpar directamente a la autoridad legítima de tales desbarajustes.

Estrategia con la que consideran resultan victoriosos, al desacreditar al gobierno, desprestigiarlo, crear inconformismos, y así seguir manipulando a la opinión pública, respecto que pobreza, pobrería y miseria es culpa directa del gobierno. Estamos en peligro sin duda, lo que se agrandará si no apoyamos decididamente como ciudadanos de bien nuestra democracia, nuestro gobierno legítimo, las autoridades y Fuerza pública. pensemos en las futuras generaciones. No podemos cohonestar esto que nos está aconteciendo. Protejamos a nuestro país y permitámonos vivir en paz en esa superior Colombia que anhelamos y queremos todos para todas las personas de bien que la habitamos.saramara7@gmail.com

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