Por: José Manuel Herrera Brito
La seguridad, cuyo opuesto, la inseguridad, nos viene afectando y mortificando en alto grado, he sostenido siempre que es sin duda alguna valor fundante y elemento vital en toda sociedad que se precie como tal, lo mismo que baluarte significativo para fortalecer y profundizar el sistema democrático, a la par que soporte invaluable para toda unidad territorial en cuanto desarrollo, crecimiento, productividad, competitividad, bienestar, progreso e integral prosperidad. Sin ella, será más que difícil cualquier avance en la correcta dirección que se quiera.
Indudable como evidente es, nos encontramos en riesgo permanente a todo nivel, especialmente respecto de nuestras vidas, Desarticulados. Deterioradas convivencia, integración y cohesión social. Cabalga rauda la delincuencia de toda naturaleza, origen y propósitos, lo que amerita una gran cruzada para combatir en realidad y verdad esta desbordada problemática que acusamos y mucho daño nos hace en las más de nuestras latitudes y sectores público como privado, lo que impone que todos a una y de manera importante, además de urgente, propugnemos, impulsemos y potenciemos, la implantación, puesta en marcha e implementación de válidas estrategias que en individualidad y conjunto apunten de una vez por todas a su erradicación.
Muchas son las situaciones que trastornan las actividades nacionales tanto de personas como empresas, industrias y comunidad donde la delincuencia hace presencia, generando con sus acciones, permanentes tragedias en los municipios que afectan gravemente el bienestar individual, colectivo y el trabajo, toda vez que es de diaria ocurrencia la zozobra que se vive y a la que nadie escapa, dados las reiteradas amenazas a vidas, bienes, además de secuestros, extorsiones y demás otras formas y manera de ejercer violencias sin discriminación alguna.
Se le pone coto a lo cual, o irremediablemente veremos impávidos como se sigue saliendo de madre la inseguridad. Es estructurar todos y a todo nivel, normativo, preventivo, operativo, judicial, de inteligencia y demás, acciones que permitan debelar los diversos delitos que la delincuencia viene cometiendo, generar espacios para fortalecer esas acciones y darle continuidad a los planes, proyectos y programas de seguridad en todo tiempo, lugar y circunstancia, con la mira puesta en la eficiencias de tiempo, recursos, ubicación de los lugares mayormente críticos y vulnerables, así como el acometimiento a fondo de los delitos de mayor impacto, lo que en mucho ayudará a hacer exitosa esta singular tarea. Se trata sí o sí de avanzar y proveer a nuestros municipios de una mayor y mejor seguridad. El país y sus pobladores, además de requerir, clamar y reclamar una seguridad integral, la necesitamos. saramara7@gmail.com