lisbeth barraza escorcia

Por. Lisbeth Paola Barraza Escorcia*

Inclusión, sustentabilidad, sostenibilidad y género guardan de suyo una clara relación o interrelación si se quiere. Bien sabemos que el cambio climático es una realidad que cada día más se nos acerca y casi que nos tiene sitiados; luchamos contra sequías a lo largo y ancho de la geografía nacional, temperaturas extremas, amenaza como extinción de especies y desastres naturales directamente relacionados con este fenómeno, lo que refiere que la receta de acción cada día se complica más. Se debate sobre el impuesto a los robots, pero seguimos enfrentando desigualdad salarial hombres / mujeres, lo que indica que avanzamos a velocidades poco sostenibles, por lo que preocupa en importante medida que conforme avanzamos dejamos de lado temas básicos, pero igualmente más o superiormente importantes.

Día tras día la igualdad de género se nos convierte en un factor cada vez más reconocido como esencial para alcanzar un desarrollo sostenible integral. Es perspectiva que no se limita a abordar las disparidades sociales, sino que se extiende para abarcar un impacto significativo en la economía y el medio ambiente. La inclusión de mujeres en posiciones de liderazgo y la equidad de género en el ámbito laboral no sólo son actos de justicia social, sino también pasos estratégicos hacia la sostenibilidad.

Enfrentamos como país una incongruencia en cuanto a la igualdad de género. A pesar de tener una población femenina considerable, su participación en la fuerza laboral es notablemente baja en comparación con otros países de la OCDE y América Latina en general, situación que representa una subutilización del potencial humano y de paso limita la capacidad del país para adoptar prácticas empresariales y de gobernanza mayormente sostenibles.

La diversidad de género en el sector empresarial va más allá de datos numéricos. Promueve la innovación, aumenta la productividad, reduce el ausentismo y la rotación de personal, beneficios económicos complementarios de un enfoque más holístico y equitativo en la gestión empresarial que contribuye a la sostenibilidad general. Esencial pata fomentar la igualdad de género, es la adopción de medidas prácticas, tales como definir claras responsabilidades, fomentar programas de capacitación, implementar esquemas de trabajo flexibles y promover una cultura de diversidad e inclusión.

En todo caso, la igualdad de género, tengámoslo presente siempre, requiere políticas, prácticas corporativas y un cambio cultural profundo. Educación y participación activa de todos los sectores de la sociedad son fundamentales para cambiar las dinámicas de poder y desafiar las normas sociales arraigadas que perpetúan inequidad y desigualdad. Ella, la igualdad de género no es sólo un objetivo noble, sino requisito indispensable para el progreso sostenible del país. Asegurar una participación equitativa de la mujer en todos los aspectos de la sociedad, nos encaminará hacia la justicia social y fortalecerá nuestro potencial para un futuro sostenible, próspero e integral.

*Lideresa Social Comunitaria. Conferencista. Tallerista

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