Iván Bohórquez Zapata

Por: Iván Bohórquez Zapata*

Deber de nuestros políticos en toda circunstancia es expresarse sin rodeos insulsos, sino con eficaz brevedad, en cumplimiento de la sentencia del insigne intelectual español Baltazar Gracián, cuando dijera, “Lo bueno si breve, dos veces bueno”. Afirmación que muchos fundamentan en que pareciera que muchos de nuestros políticos carecen, por convencimiento o por incapacidad del conocimiento del aparato estatal, así como de la administración en particular y la cosa pública en su amplio contexto.

Son muchos de nuestros políticos, repito, aficionados a darle rondas retóricas interminables a los asuntos que en manera directa competen a la ciudadanía, que en la mayoría de las veces resultan desconcertantes, por ser peroratas interminables sin coordinación de lo expuesto. Despilfarro de mensajes sin actualización ni soportes que caen al vacío y ponen de manifiesto su supina ignorancia, por lo que acuden a una constante experimentación verbal para descrestar calentanos; y no es de eso de lo que se trata, sino de estar a tono, enterado, empapado de la realidad administrativa pública; y, desde dicho conocimiento y otero, trasmitir a los asociados todo cuanto debe ser por ellos conocidos a cabalidad.

Deber es también de los políticos, determinar sus campos de actuación con los que obligados han de estar íntimamente ligados en respuestas al mandato que les ha sido conferido, cualquiera que fuere su escenario de participación; de ahí que sorprenda que pontifiquen de manera frecuente de lo divino y humano sin definidos ni edificantes rumbos en los asuntos relacionados con lo que concitar debe el interés de la sociedad toda.

También compete a nuestros políticos, amén de tener esa mayor como integral vinculación con la cosa pública, un superior y real acercamiento con la gente, con sus realidades, necesidades, demandas y prioridades, en vía a buscar por las vías indicadas las soluciones que se requieren; y, no incurrir en improvisaciones que a la postre resultan contraproducentes respecto de los intereses mejores que deben estar dados siempre en beneficio ciudadano en especial; y, comunitario en general.

Se anuncian nuevos tiempos, y si bien sabemos que deben sortearse las más de las complejidades y necesidades que tenemos, debemos coadyuvar a que se definan en favor de la gente, de sus expectativas, las gestiones mejores en todas y cada una de las instancias estatales, en las que se consigan en algunos casos lo requerido, y se reivindiquen en otros las falencias que injustificadamente rondan perniciosas y de manera injustificada en su evidente atraso como sociedad. Es pasar a la acción, y la gestión es clave sobremanera para la búsqueda y procura cierta de alcanzar los niveles de satisfacción social que requerimos como sociedad.

*Iván Bohórquez Zapata ibozap@yahoo.es Administrador Público. Especializado en Gerencia de Proyectos de Desarrollo. @ivnBohorquez1

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