Eduardo Kronfly. Fundación Universitaria San Martín

Por: José Manuel Herrera Brito. saramara7@gmail.com

Referir lo que en vida fue el Doctor Eduardo Kronfly Kronfly, me llena de singular gozo sin duda. Pero Describir su monumental figura, me resulta especialmente doloroso tras la reciente partida al Arcano Eterno de este grande Señor, Maestro y Amigo personal y familiar. Recordarle es gratificante, como también esperanzador por mucho bien que deja detrás de sí este colombiano inmenso cual que más y a quien siempre consideré poseía una de las cabezas mejor puestas sobre cuerpo humano alguno. Las múltiples manifestaciones de pesar surtidas tras su fallecimiento, testimonian como transmitió su confianza máxima en la educación como posibilidad de formación plena, así como su defensa de la profesión de Maestro como vocación personal para llevar a cabo una enseñanza plena abundada en conocimiento, experiencia y praxis. De igual y hasta superior manera defendió a ultranza la profesión de abogado, que ejerció a lo largo y ancho del país con la grandeza que le era propia y lujo de competencia.

Dijo siempre en público y en privado que ser profesor es algo grandioso y además complejo que requiere de máxima ilusión. Que debe serse en esta actividad educador en verdad; toda vez que el aprendizaje debe incluir las relaciones sociales, ayudar a superar los momentos difíciles que la propia vida plantea, en la verdad que, si uno forma a una buena persona, crearemos un buen estudiante; pero si creamos a un estudiante no quiere decir que haya una buena persona detrás de él.

Ningún sitio mejor que el Periódico el Derecho, de gran tradición nacional, para glosar su destacada trayectoria humana y profesional, comenzando por relatar sus méritos y recorrido profesional. Tras haber obtenido su grado como Doctor en Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Colombia, se dedicó a su ejercicio, a la política y demás otras series de causas nacionales de importancia que les valieron premios, exaltaciones y reconocimientos extraordinarios. En esta larga travesía aportó y adquirió grandes experiencias que tendría en cuenta en todo su desarrollo posterior como hombre eminente de esencia superior. Profesor emérito y honorífico de las más importantes universidades en su deseo de continuar siendo útil a la docencia universitaria.

Reconocido con creces fue su prestigio, dado su compromiso personal, profesional y académico. Conferenciante invitado en los más prestigiosos escenarios del saber en los órdenes nacional e internacional sobre temas del país y de la comunidad de naciones. Experto conocedor como pocos universalmente hablando de los milenarios conflictos árabe israelí y palestino israelí. Se paseó con reconocida como aplaudida solvencia por todas las ramas del derecho. Internacionalista insigne. Recipiendario de Número de varias Academias de Historia, Cultura y Jurisprudencia en Colombia y el Exterior. Decano de varias facultades de Derecho, entre ellas Gran Colombia, Libre, San Martín, en las que conformó cuerpos de docentes de la más alta condición académica de la que se tengan noticias en el país. Miembro principal de sus Conciliaturas y Plenum. Vicerrector y Rector de la Universidad Gran Colombia.

Abogado, periodista, ensayista, columnista, investigador. Notable humanista, una de sus facetas más enaltecedoras, actividad que aplicó de modo articulado, armónico y coherente, no solo al alumnado y su aprendizaje sino al profesorado y su enseñanza en los centros educativos y al sistema educativo en general. Además de la evaluación, dedico mucha atención docente a la calidad de la educación y, en concreto, a la educación en valores. Pese a su intensa labor en docencia y en gestión, se dedicó también con gran fuerza a la investigación en temas variados, pero centrados en las distintas áreas jurídicas y contexto judicial.

Siempre propaló que la vida y país serían mejorados desde y con una calidad superior de la educación. Diseminó profusamente sus conocimientos y su forma de entender la pedagogía en más de un millar de conferencias, la mayoría invitadas en grandes eventos, pero también fue enormemente generoso, parte de su grandeza, para impartir gratuitamente charlas, conversatorios, conferencias, seminarios, talleres, cursos en colegios, centros, institutos, y otras asociaciones y organizaciones que le solicitaban su colaboración, alas que acudía solícito.

Sólidos cual que más fueron sus principios y creencias católicas y democráticas. Fue un convencido que siempre sería posible un mejor porvenir para el país. Que su inestabilidad era superable. Que toda incógnita debía y tenía que resolverse favorablemente. Que nunca había que perder esperanzas ni ilusiones. Fue su Señoría una de las personas mejores que jamás conocí y aprendí. Magnífico profesional. Gran ser humano, Honesto. Honorable. Imparcial. Objetivo.

Académicamente, para todos, una referencia clara, que siempre con sus trabajos, conferencias o ponencias, supo de manera ponderada, situar cada cosa en su sitio, con lo que contribuyó a amueblar mejor las mentes de quieres oportunidad tuvimos de abrevar de sus conocimientos.

Contento está el cielo por recibirlo mi ilustre doctor, y validos serán también allí sus puntos de vista, iniciativas, sugerencias, consejos y recomendaciones. Lo dio todo Usted Señor desde su inteligencia y gran corazón. La vida es un trayecto y no sabemos si, por suerte o por desgracia, el mundo es una parte del mismo. No tenemos certeza de cómo se organiza el devenir posterior. De lo que sí tenemos plena conciencia es de lo que queda aquí como producto de la siembra que cada uno realiza. Y en su caso creo que puede estar orgulloso de todo lo que aquí deja en lo personal, en lo profesional; y, además, que seguiremos sintiéndolo muy cerca de nosotros. Su grandeza, humildad y respeto por los otros siempre estaba presente. Las enseñanzas como Maestro seguirán creciendo en el recuerdo, en lo cognitivo y emocional. Mucho y más le debemos.

Eduardo Kronfly.

La deuda sigue impagada.

!Descansa en paz, querido e inolvidable Maestro!

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Por editor

Un comentario en «DOCTOR EDUARDO KRONFLY, IN MEMORIAM»
  1. Todo lo que se ha escrito para exaltar y narrar la personalidad de Eduardo manifiesta la gran calidad de ser humano. Su clara inteligencia su don de gente Hombre extraordinario!!!! Toda su familia orgullosa en el buen sentido de la palabra de haber tenido cerca a este hombre que lo podemos llamar inmortal pues siempre vivirá cercano 🙏🏻❤️

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