JOSÉ MANUEL HERRERA BRITO

Por: José Manuel Herrera Brito

Talento es la capacidad de entender, la especial capacidad intelectual o aptitud que una persona tiene para aprender las cosas con facilidad o para desarrollar con mucha habilidad una actividad;vale decir, la inteligencia (facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad), eso que parece escasear en nuestra clase política, cegada tan a menudo por el sectarismo y los propios intereses, que nunca los superiores que se deben con la comunidad; entre ellos el derecho a la educación.

Amerita el derecho a la educación un cuidado extremo, en el que tanto tiene que ver talento, esfuerzo, libertad y pactos educativos ciertos como reales y significativos en contexto de democracia con los cuales poder sacar avante lo mejor de nuestras gentes, a efecto que nos permita sacar pecho como una sociedad educada que funcione con solvencia, marche con notable éxito y muestren las diferencias que inevitablemente proveen estudios, vida, talento y esfuerzo, con el fin que no siga prosperando en ningún campo la mediocridad.

No tenemos porque, y es lo que parece, ser solo mansos corderos que se dejan engañar y a quienes se le señala a su antojo por quien votar, como nos está sucediendo, desde tribunas de mentiras, y engaños, lo que nos ha llevado por sendas de desgracias y mayúsculos disparates, sin que veamos cómo salir adelante respecto de grandes propósitos. Estamos en manos hoy de una clase gobernante proclive a la lisonja, a la adulación, que miran la acción de gobernar como escalón para ascender y no como aquella que hace alusión al grupo de actividades calificadas como políticas; es decir, a esas acciones humanas que se refieren a las cosas del Estado y que llamamos doctrina o ciencia del Estado.

Estamos gobernados por personas que gustan de derrochar inmensos capitales, gentes de poco talento y demasiada medianía como nos lo indica dicho proceder. Nos lleva lo cual a adentrarnos por los caminos de una cierta, esmerada y reconocida vía, que no aplique ni en broma criterios que llaman a alarma, a preocupación y bien podríamos considerar insumisión.

Frente a tanto desafuero conveniente es a todas luces, que aprendamos del valor del esfuerzo, que unido al talento supera obstáculos y donde los principios de mérito y capacidad sirvan para desarrollar el talento y colocarse honradamente en la vida, sin necesidad de convertirse en políticos advenedizos, que no entienden la cosa pública y en consecuencia (nada estamos inventando), dan al traste con todo y con todos; así de simple, así de sencillo. saramara7@gmail.com

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