SAÚL ALFONSO HERRERA HENRÍQUEZ

Por: Saúl Alfonso Herrera Henríquez*

Sobre estos especiales temas, referidos a las propuestas y acciones de los independentistas neogranadinos (1810 / 1816) que se encontraban divididas alrededor del federalismo y el centralismo, Bolívar optó por una propuesta centralista en el orden político del contexto de la guerra, en las contradicciones sociales, la gran extensión y diversidad del territorio y la situación internacional; al tiempo de inclinarse por la democracia en el ámbito social.

Motiva y motivará siempre a la reflexión la vida y obra de El Libertador, y me referiré en este artículo, aunque brevemente, a esa primera etapa de la guerra por la Independencia de la Nueva Granada en el lapso señalado, su concepción social, política y económica, sus representaciones e impronta en el devenir del proceso histórico; toda vez que desde su vinculación a las luchas independentistas granadinas, Bolívar se mostró como un demócrata decidido, partidario de adelantar la guerra apoyado en los sectores subalternos de campesinos, peones, vaqueros, indígenas, jornaleros y esclavos.

Al mismo tiempo, combatió la ideología y los métodos de conducción de las élites que detentaban el poder político, militar, administrativo y obstruían la gesta independentista. En oposición a ello y al calor de las experiencias de la guerra, supo profundizar las acciones militares acompañadas de medidas sociales favorables a los sectores subalternos. Un ejemplo de ello fue la eliminación de la esclavitud para aquellos esclavos que participaron en el ejército patriota.

Es así como para Bolívar, tanto en la Nueva Granada como en las nuevas naciones en formación, existió la posibilidad de promover las ideas de libertad, patria y propiedad en correspondencia con las condiciones reales de vida de sus habitantes en la guerra de Independencia entre 1810 y 1816; particularmente en el subcontinente suramericano, donde la absoluta mayoría de sus habitantes se encontraba en condiciones deprimentes y vivía en la ignorancia; ante lo cual, sostenía El Libertador que para atraer a estos habitantes a la causa de la Independencia era necesario que la élite económica y social debía presentarles un programa de transformaciones sociales comprensible.

Ellos, habían comprendido la guerra de Independencia a partir de medidas que consideraran la distribución de la tierra, la liquidación de impuestos y de decisiones prohibitivas que impedían el desarrollo del comercio y la agricultura, que apoyaran a los campesinos en el cultivo de la tierra, a los trabajadores en el desarrollo de sus oficios y a los pequeños ganaderos en la cría y comercio del ganado. Medidas que tuvieron posibilidad de realizarse en la medida en que la nueva economía latinoamericana hubiese logrado negociar ventajosamente con la expansión industrial y comercial de las naciones europeas, las cuales requerían de su producción agrícola y ganadera.

En esencia, se necesitaban medidas que propiciaran la solución tanto de las necesidades populares como de los intereses reales de las nuevas élites; medidas que hubiesen sido posibles si las mismas hubieran optado por un programa de gobierno que desbordara sus intereses inmediatos y propiciara un modelo de régimen social democrático, como lo proponía El Libertador.

Saúl Alfonso Herrera Henríquez*. saulherrera.h@gmail.com *Abogado. Especializado en Gestión Pública. Derecho Administrativo y Contractual.

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