Por: Blaicer Moreno Córdoba*
La voluntad política aparece ante y entre nosotros como un elemento central para asegurar, según algunos estudiosos de la ciencia política, efectividad, quienes destacan su importancia respecto que los políticos la muestren para implementar acciones y solidos liderazgos que impulsen cambios y transformaciones que beneficien a todos los pobladores, lo mismo que implementen políticas públicas y gestiones de manera exitosa. Y aunque es concepto además de ambiguo, difícil de medir y observar en la realidad, resulta enriquecedor para evaluar si un gobernante en verdad la posee para actuar, y, sobre todo, si este la ha utilizado a lo largo de su mandato.
No obstante, ella sola no basta en contexto de buen gobierno y positivas realizaciones, por lo que debemos ir siempre más allá; esto es, plantearla desde marcos analíticos para examinarla, determinar su presencia y si en verdad la han plasmado en la realidad. Expresar solo discursos y efectuar actos simbólicos no implica demostrar voluntad política, misma que debe ser un logro percibido por todos y nunca desaparecer.
Son sus características, las iniciativas, el grado de rigor analítico, la movilización del apoyo, la aplicación de sanciones creíbles; y, la continuidad de los esfuerzos.
Estriba la primera de ellas, en estudiar en dónde reside el interés de emprender reformas, ya que si provienen desde el interior del gobierno es más probable que sean creíbles a que si son impuestas del exterior, como de un organismo internacional, debiendo medirse de bajo a alto.
La segunda, radica en identificar si el gobierno en turno ha realizado un análisis donde se reconozca la complejidad de las prácticas, si se ha desarrollado una estrategia clara, se han establecido o no los lineamientos a seguir, si se han revisados los costos y resultados de las reformas, ya que sí los reformadores no siguen estos pasos analíticos y, por el contrario, fomentan actos simbólicos, habrá solo un nivel bajo en esta característica.
Trata la tercera, sobre la habilidad del reformador para identificar y coordinar el apoyo para la ejecución de acciones. Si el gobierno ha creado una visión creíble de éxito de su política, si existe proactividad por parte del gobierno para publicar los progresos, éxitos y fracasos para fortalecer la posición de los reformadores o si el reformador tiene apoyo suficiente para mantener el apoyo a lo largo del tiempo. Estos indicadores deben evaluarse en términos de fuerte contra débil o efectivo contra poco efectivo.
Indica la cuarta característica, aplicación de sanciones creíbles, que debe girarse en torno a la capacidad y compromiso del reformador para aplicar sanciones para reforzar las reformas emprendidas, siendo fundamental que las sanciones no sean utilizadas como herramientas políticas contra la oposición, si las sanciones son cuidadosamente revisadas o si son meramente simbólicas y no terminan concretando.
Nos refiere la quinta, vale decir, la continuidad del esfuerzo, que es la asignación de recursos, humanos y presupuestales, debiendo revisarse si el reformador trata a las reformas como un esfuerzo de un solo intento con una alta carga simbólica o si son esfuerzos que se deben mantener a largo plazo, lo que incluye establecer un proceso de monitoreo de los impactos de la reforma anticorrupción para posteriormente incorporarlos en su fortalecimiento; y, también involucra fijar recursos financieros, personal capacitado, así como tiempo para actuar y entregar resultados. Tales esfuerzos deben ser estables y existir sanciones contra los funcionarios que no la apliquen.
La voluntad política es un elemento que puede ser crucial para entender por qué una reforma sea o es más o menos efectiva. Permite identificar si un político realmente está comprometido con ellas. Es un concepto dinámico que puede existir y percibirse en mayor o menor medida y ser un compromiso consistente. Va ella más allá de ondear pañuelos, de discursos y mandatos, ya que debe concretarse, ejecutarse en su decir, para que alcance efectos positivos en la realidad.
*Blaicer Moreno Córdoba. amerlyng@gmail.com *Administrador de Empresas. Especializado en Proyectos de Desarrollo. Asesor y Consultor Político y Empresarial
