Por: José Guillermo Claros Penna*
He aprendido siempre que no basta por sí mismo ser optimista, lo que desde luego es mucho mejor que ser negativo, sino que debemos ser y mantenernos muy optimistas sobre nuestro desarrollo como ciudad, lo que impone construirnos de manera permanente y continua, concertar, pensar en grande, tener miras altas, armas grandes andamiajes, robustecer nuestras fortalezas, buscar las posibilidades, atender debilidades y amenazas, buscar siempre ser los mejores donde mejores y superiores podamos ser.
Tenemos que obligarnos a ser productivo en todo, competitivos en grande, así como procurarnos liderazgos ciertos, Vernos desde nuestras realidades y avanzar. Buscar estabilidad económica. Crecer. Vincularnos, articularnos, vertebrarnos como sociedad. Proponernos ir tras los mejores resultados. Facilitando a las más de las aperturas que traduzcan desarrollo, crecimiento, progreso, bienestar y prosperidad. Digitalizarnos. Asociarnos. Atraer la inversión nacional y extranjera. Asomarnos y consolidarnos en educación, ciencia, tecnología, innovación y creatividad. Sabemos igualmente que hay riesgos como la inseguridad, amenazas, desprotección comercial que podrían traducirse en una desaceleración económica que, de concretarse, nos afectaría.
Interesa en consecuencia obligarnos a mantener un manejo prudente en todos los caminos de la cosa pública, lo social, la economía y la política, concurrir, unirnos, hacer causa única en los objetivos comunes y jalonar en una misma dirección, lo cual es propicio para avanzar con prisa y sin pausa. Buscar decisiones conjuntas, no oponernos bajo punto de vista algunos a los cambios cuando positivos sean, pensar siempre en ganar todos y no unos pocos. Tarea y consigna es ser ganadores. Hacernos triunfadores. Nuestros municipios y departamento lo necesitan.
Es recordarnos permanentemente que es el optimismo una perspectiva positiva y esperanzada del futuro, de sí mismo y del mundo que nos rodea; una parte clave de la resistencia o resiliencia, la fortaleza interior que ayuda a atravesar momentos difíciles. Por definición, el optimismo ayuda a ver, sentir y pensar en forma positiva que tiene beneficios adicionales que muchas veces no conocemos, tales como que nos ayuda a mantener la salud física. No podemos ser un optimista nato para usar el poder del optimismo; pero en la vida diaria, o cuando enfrentamos a una crisis, podemos optar por un punto de vista positivo para aprovechar lo máximo de lo que la vida nos presenta. joseguillermoclarospenna@autlook.com
*Profesional en Ciencia Militares. Administrador de Empresas. Abogado. Candidato a Doctor en Derecho. Columnista
muy buena reflexión y que buen ejemplo a seguir así nos empoderamos en temas importantes para nuestra vida cotidiana
buena reflexión y buen en empoderamiento en crecimiento personal .