Victor santofimio

Por: Víctor Hugo Santofimio Osorio*

El sentido o sentimiento de pertenencia, es la identificación subjetiva que un individuo experimenta respecto a un grupo, una organización o una comunidad, en donde se siente cómodo, bienvenido y/o aceptado, es decir, en donde siente que pertenece. Está muy ligado a la identidad del lugar donde se vive y al que se dice pertenecer, donde se establecen las interrelaciones culturales y se tienen las experiencias más significativas. Para que exista, las personas necesitan que sus logros sean reconocidos; expresarse libremente; sentir que sus contribuciones son valoradas; sentirse cómodos de ser ellos mismos; una comunicación transparente, y sentirse valorados como personas. Es fundamental para la autoestima, establecer vínculos afectivos y tener un desarrollo emocional sano. Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza, necesitamos establecer lazos de conexión y vínculos afectivos con las personas que nos rodean y sentir que somos importantes para ellos.

Es una emoción que las personas tenemos muy arraigado. En muchas ocasiones a lo largo de nuestras vidas sentimos que pertenecemos a un grupo, mismo que puede estar formado por la familia, los amigos o por personas con aficiones comunes o de cualquier otra índole con las que te sientas identificado, con las que sientas que compartes algo y es que para las personas es prácticamente necesario, puesto que somos seres sociales. Lo tenemos cuando nos identificamos en un grupo, nos integramos a e, nos sentimos iguales. De ahí que esté relacionado directamente con un vínculo, lo que nos lleva a aclarar que el sentimiento de unión no es el igual que el de pertenencia, aunque los dos sean muy cercanos. No es lo mismo sentirte unido a una persona o grupo que sentir que pertenecemos al mismo.

En esto del sentido de pertenencia, no podemos dejar que ningún proceso, sea cual fuere, nos haga debilitar la identidad local, junto con los rituales que otrora fueran signos de pertenencia; tampoco que se reconstruya a partir de distintos referentes de identidad, como la memoria histórica, el patrimonio arquitectónico, fiestas y tradiciones, el ambiente, la relación con el entorno natural y la cosmovisión. La tarea es no diluirnos por ninguna circunstancia, ya que somos pueblos con una historia propia, con fronteras reales y simbólicas, lo que permite distinguirnos de otros y expresamos un sentimiento de pertenencia, por el hecho de conocernos entre sí, porque ahí nacimos y compartimos códigos culturales, en la verdad que la pertenencia es un atributo de la identidad que permite distinguirnos y la cultura, tiene un papel preponderante en la vida humana, ya que funciona como mediadora entre los hombres y la naturaleza. De esta manera, todo fenómeno social tiene un referente en el espacio. En paralelo, todo grupo social tiene como referente primario un territorio.

Los pueblos son importantes por las costumbres y tradiciones que se reproducen como parte de la cultura local, porque la construcción de la pertenencia per constituye una determinación sociológica y antropológica de suma relevancia; y, por cuanto toda unidad posee un alma y una personalidad, aun si carece de voluntad o razón. Un pueblo puede satisfacer a cada uno de sus habitantes únicamente a través de una finalidad colectiva, rescatando sus aspectos colectivos. Las necesidades colectivas deben aprenderse observando a los individuos, su comportamiento, sus actitudes e, incluso, la expresión de sus insatisfacciones.

La identidad individual y la colectiva se construyen con referentes identitarios de primer orden, como el entorno natural, su gente, tradiciones y costumbres, que los hacen únicos. En este sentido, el pueblo cumple con una doble función, ya que al tiempo que es un marco territorial también es un marco histórico-cultural que trasciende a través de la memoria social.

Como habitantes de esta tierra de promisión, nos debemos un compromiso con su lugar, como una voluntad y un deseo por pertenecer, y ser un espacio construido material, social y simbólicamente, en la verdad que el uso social del espacio y la relación de la gente con su entorno nos hable de una identificación con el territorio como de un sentimiento de pertenencia originado por el hecho de saberse originarios de y arraigados en el lugar; en el entendido que la pertenencia se construye al existir elementos materiales que contribuyen a ello, como también valoraciones y la construcción de una representación del lugar, la cual se conforma por los elementos que directamente perciben los sujetos, así como por los que les son heredados a través de la socialización.

Es un lugar construido por los antepasados; un lugar en el que están inmersos cotidianamente, con el que están en contacto y, por ende, desde el cual perciben la ausencia de cambios o la escasez de estos, pues están familiarizados con él, lo cual ofrece una sensación de estabilidad, seguridad y calma. Sensación que se refuerza cuando nos concebimos como un lugar vivido en donde la gente se conoce, comparte una memoria colectiva y una historia común, Definitivamente lo que la gente más valora de su pueblo es su entorno natural, sus tradiciones y su gente, entretejiendo cultura y territorio.

*Empresario y Consultor Empresarial. Conferencista. Cultor Musical Polifacético. Candidato Gobernación Departamento del Huila. vsantofimioosorio@yahoo.es

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