Ruben Darío Ceballos Mendoza

Por: Rubén Darío Ceballos Mendoza*

Arribó Santa Marta a sus 497 años de fundada, primera ciudad vigente en serlo en Suramérica y que reclama ser pensada en grande, en lo que deben participar activa e inexcusablemente todos los sectores públicos, privados y quienes la habitamos. Es deuda centenaria que tenemos los samarios con la jerarquía y con la historia. Si bien eso nunca ha sido, tenemos que darnos a la tarea que lo cual sea cierto, más hoy, cuando próxima está a cumplir 500 años de fundada. No es que se trate de volver la vista atrás, sino de manera decidida, decisiva y definitivamente darnos a la tarea con voluntad política y decisión manifiesta hacer todo lo humanamente posible porque tales propósitos sean una realidad y los mismos se soporten en planes, proyectos y programas focalizados verdaderamente en las demandas poblacionales y en las propias y más sentidas realidades contenidas en su seno, en contexto de proyecciones, prospecciones y estrategias.

Interesa que se hagan todos esfuerzos habidos y por haber, al tiempo de ponernos como meta situarnos a la cabeza de las mejores ciudades universalmente hablando, para buscar ser como ciudad calificada por propios y extraños de la mejor manera, lo mismo que se manifiesten y opinen con entusiasmo entre otros generales y particulares aspectos, de sus experiencias de viaje en su entorno, vistas y puntos de referencia sobre seguridad, arquitectura, artesanías, compras, museos, calles, gastronomía, cultura, cafés, restaurantes, así como por la amabilidad de sus gentes y valor en general, al tiempo de posicionarla como la grande ciudad que merecemos ser y estamos en mora de lograrlo.

Debe ser Santa Marta como ciudad un destino turístico con renombre internacional. Entender que tiene pergaminos para serlo. Comprender que la gesta en ella adelantada es un hito histórico de dimensiones colosales orbitales. Pensarla todos en grande y con suficiencia. Introducir en sus gentes vocación de progreso. Sabernos capaces de proponernos metas, que por lejanas que parezcan podemos alcanzarlas. Hacer de nosotros como colectividad, como comunidad, un conglomerado humano que requiere bienestar y prosperidad por fuerza propia y por fuera de dependencias políticas que la mayoría de las veces propenden por sus intereses dejando de lado los superiores de la ciudad y sus pobladores, que es lo que en realidad importa para los más de los fines.

Camellón  de Santa Marta ,identificado años atrás como Paseo de Bastidas, Fotografía Alcaldía de Santa Marta.
El camellón de Santa Marta, anteriormente Paseo de Bastidas. Fotografía: Alcaldía de Santa Marta. https://www.santamarta.gov.co/para-visitar

Tenemos que plantearnos, partiendo de lo que hay, cual debe y tiene que ser nuestra nueva realidad. Aclarar las incertidumbres. Poner el tiempo a nuestro favor. Hacernos mayormente viables. Identificar las tendencias a todo nivel en las que mejor podamos tener éxito. Implantar e implementar planes estratégicos debidamente planificados como herramientas fundamentales para el desarrollo, a fin que los mismos no tengan un valor limitado, pues no hay que olvidar que todo buen esfuerzo para una buena planificación impulsa, puede serlo todo en la medida que entendamos dónde estamos, saber dónde queremos ir y crear una visión conjunta que favorezca nuestra vertebración como comunidad, en lo que importante como esencial sobremanera es la autocrítica, ya que nuestro peor enemigo es la autocomplacencia.

Igual importa tener en cuenta que toda incertidumbre existente sirve y será siempre buen momento para hacer ejercicios de reflexión de todo nuestro funcionamiento y trazar unos objetivos ambiciosos pero asequibles, por lo que cabe visionarnos a plazos prudenciales, sin mezquindades, con revisiones permanentes, toda vez que hay que incluir en ello grandes tendencias, aunque sea complicado; pero teniendo claro que, hagamos lo que hagamos, importa la revisión, pues ya no valen los ciclos demasiado largos, ya que hoy por hoy todo cambia con rapidez inusitada y en lo que apoyo serán entre otras, la transición energética, la sostenibilidad, la sustentabilidad, el medioambiente y la innovación, además de tener una clara orientación de ciudad y responsabilidad con el entorno, así como apostar decididamente por la transformación digital y los nuevos modelos de negocio e integral progreso, para que sea el nuestro como ciudad un proceso de elaboración conjunto, forma y manera para mejor y más sólidamente alcanzar los propósitos y objetivos ciertos que nos propongamos lograr. rubenceballos56@gmail.com

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