Por: Ec. Esp. Omar Escobar
En otros artículos había destacado más de seis empresas militares que habían contratado con el gobierno estadounidense para la guerra en Afganistán, ganando toneladas de dinero con la guerra, entre ellas Dyncorp Fluor C., Kellogg Brown, Loocked Martin. Hoy hay Tres firmas estadounidenses, Maxar, Planet Labs y BlackSky, especializadas en la fabricación de satélites y servicios relacionados, que están usando su ejército de satélites para detectar los movimientos de las tropas rusas. Maxar, de origen canadiense, pero con sede en Colorado (EEUU), es el gigante del sector y se ha erigido en una especie de ‘nuevo Google’ del conflicto, suministrando información en 3D, tanto a agencias de inteligencia, organismos gubernamentales y al público en general. Fueron ellos que develaron en enero y febrero la el movimiento de tropa y arsenal ruso en las fronteras de Ucrania. Tanto es así que el vice- ministro ucraniano, Mykhailo Fedorov, decía: «Necesitamos desesperadamente vigilar los movimientos de las tropas rusas, especialmente de noche, cuando nuestra tecnología está ciega»… «Elon Musk y Tim Cook ya están entre los que apoyan a Ucrania, por favor apoyen .
Desde 2014, Planet Labs ha puesto en órbita más de 200 minisatélites Dove – cubos de 10*10*30 cms de 4 kilos de alta resolución. Según estimaciones de Todd Humphreys, profesor de la Universidad de Texas, sobre el cielo de Ucrania se ubican ahora mismo más de 50 satélites, varios de ellos pertenecen a Maxar, con potentes cámaras ópticas y uno de los más caros del mundo (800 millones).
Planet Labs, fundada en San Francisco por 3 exempleados de la NASA y BlackSky (Virginia, EEUU), han aprovechado los avances en ingeniería y miniaturización de la última década para lanzar al espacio cientos de nanosatélites ‘low-cost’. Estos aparatos son los que han permitido que se produzca el ‘boom’ actual de la teledetección y que imágenes que antes solo poseían las agencias de inteligencia ahora abran los telediarios. También están Capella Space, con sede en San Francisco, Iceye (Finlandia), SI Imaging (Corea del Sur) y hasta una unidad de Airbus también captan fotos satelitales por radar. Son precisamente las otras compañías a las que el ministro digital de Ucrania, Mykhailo Fedorov, ha implorado cooperación. Su tecnología ve de noche y a través de las nubes, algo que, de momento, ni Maxar ni Planet Labs pueden lograr. Capella fue de hecho una de las que respondió a la petición de Fedorov asegurando que estaban enviando información tanto a Ucrania como a EEUU…“ No trabajamos con gobiernos o individuos restringidos o sancionados por las leyes de exportación de EEUU», aseguró el CEO y fundador de Capella, Payam Banazadeh. En otras palabras: las firmas satelitales (igual que el resto de tecnológicas, la banca y prácticamente cualquier sector) han marginado también a Rusia, que ahora depende de sí misma para espiar los movimientos de las tropas ucranianas desde el espacio.
Es innegable la participación de USA en conflictos creados por sus políticos de turno, pero también es claro que su gobierno tiene una excesiva dependencia de organizaciones privadas para algo tan estratégico como la defensa nacional. Lo que lleva a plantear que la empresa privada militar está por encima del Estado o es aliada condicional de su gobierno. Cómo confiar en que estas empresas privadas comparten o no una información de interés nacional, cuando dichas empresas generalmente tienen contratos firmados con ejércitos y gobiernos de varios países.
Por otro lado, si algo ha demostrado internet en la última década, es que el poder de las big tech —Google, Apple, Amazon, o Facebook— puede llegar a ser incontrolable y más cuando financieramente hay interdependencia con la industria militar. Ese poder está a punto de saltar ahora al espacio de la mano de una nueva generación de empresas privadas satelitales. ¿Bezos, Musk y Payam, serán los próximos gobiernos corporativos vencedores en Ucrania?
