RUIZ FRUTOS JULIAN MARTIN

Por: Julián Martín Ruíz Frutos*

Iniciativas que integren política y diálogos en la búsqueda y procura de cambios y transformaciones en positivo, de seguro enriquecerán y complementarán lo que debemos hacer en beneficio colectivo, en lo que ayudarán foros, encuentros y consultas públicas que nos sirvan de base para la elaboración de proyectos territoriales en beneficio e integral aprovechamiento colectivo, en lo que se impone en manera esencial el aporte sustancial de todos en directa concordancia y colaboración de todas y cada una de las fuerza vivas que actúan e interactúan en dichos ámbitos territoriales.

Importa de plano definir articulaciones, acercarse y establecer una serie de diálogos con la sociedad civil, a fin qué lo que se ventile en tales eventos sea dable de retomarse y ponerse en práctica en defensa de los intereses superiores de la colectividad, mecanismos de participación los cuales que, en sí mismos, contribuyen a la formación de una genuina cultura democrática.

Deben tener dichos diálogos por los cambios y las transformaciones que requerimos una finalidad política específica y ser un claro gesto de apertura para buscar recomponer o tender puentes que sean señales de general e integral reconciliación con todos los sectores, en lo que intervenir debe la academia y demás instancias que faciliten y garanticen transitar por las sendas mejores que nos lleven al anhelado éxito que requieren nuestros territorios y pobladores.

Los diálogos que lleven a cambios y transformaciones son definitivos en esencia para acercarnos todos desde la solidez que brinda la participación activa, mismos que deben darse en todo momento y no solo en momentos de coyuntura, en la afirmación que siempre surgirán problemas y deben buscársele a los mismos las soluciones mejores y superiores, con la alta mira además de ir generando los acuerdos que permitan hacer realidad agendas que promuevan y busquen materializar potenciar todo cuanto atinente sea en positivo respecto de una administración pública sólida y además coherente en directa correspondencia con sus fines, metas , objetivos y propósitos constitucionales y legales.

Diálogos que deberán tener para todos los momentos, importancia y prioridades sellos distintivos que lleven a la adopción de medidas, previo consenso y colaboración de las propias comunidades, lo que requerirá un gran esfuerzo presupuestal, voluntad política y decisión para su ejecución, lo que necesita de la colaboración activa de todos para que impulsadas sean políticas de Estado capaces de hacer del progreso factor idóneo de desarrollo, crecimiento, bienestar y prosperidad social.

Sus efectos serán sin duda positivos, en los que quedará pendiente solo esperar los puntos de consenso que puedan generar dichos diálogos y serán sin duda herramientas e instrumentos muy útiles para consolidar buenas administraciones.

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