Por: Rafael Robles Solano*
Con ocasión de mi columna anterior referida y titulada: “A PROPOSITO DE NUESTRO FUTURO COMUN.” Surgen inquietantes interrogantes en torno a evaluar y saber: ¿Cuánto conocemos sobre LOS OBJETIVOS DEL DESARROLLO SOSTENIBLE? Formulados de manera muy oportuna por sendas resoluciones de la ASAMBLEA de las NACIONES UNIDAS (2015) y reiterados por medio del “ACUERDO DE PARIS” (2016), disponiendo mediante serias estrategias y estableciendo importantes metas económicas, sociales y medioambientales a nivel orbital, con el propósito de reducir las emisiones de gases con efecto invernadero y en especial, para luchar contra el calentamiento global y las desigualdades sociales dentro de la denominada: “HOJA DE RUTA DEL DESARROLLO”, la cual se encuentra vigente hasta el año 2030.
Tenemos que el interrogante principal para nosotros consiste en dilucidar y en repasar cuáles son esos objetivos fijados y descritos por la ONU. Estos son los siguientes: 1.- Buscar la reducción de la pobreza en todas sus formas; 2.- Conseguir seguridad alimentaria, promover la agricultura sostenible y reducir al hambre a cero; 3.- Garantizar vidas saludables y el bienestar general en todos los rangos de edad; 4.- Propiciar una educación de calidad inclusiva, equitativa y el aprendizaje permanente para todos; 5.- Alcanzar la igualdad de géneros y empoderar a mujeres y niñas; 6.- Garantizar el acceso a aguas limpias y al saneamiento ambiental; 7.- Asegurar el acceso a las energías sostenibles, asequibles, modernas y no contaminantes; 8.- Fomentar los trabajos decentes, el crecimiento económico, el empleo pleno y productivo; 9.- La innovación de las industrias e infraestructuras inclusivas; 10.- Reducir las desigualdades entre países y al interior de estos; 11.- Buscar que las ciudades y comunidades sean sostenibles, seguras y resilientes; 12.- Propender por la producción y el consumo responsable; 13.- Desplegar acciones urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos; 14.- Buscar la protección y conservación de los mares y océanos, junto con la vida submarina; 15.- Proteger, conservar y restaurar los ecosistemas terrestres, los bosques, evitar la degradación de la tierra y frenar la perdida de la biodiversidad biológica; 16.- Impulsar sociedades pacificas e inclusivas, facilitar el acceso a la justicia con instituciones eficaces para propiciar un razonable desarrollo a todos los niveles; 17.- Fortalecer los medios de ejecución y ratificar la alianza mundial para acceder a una sociedad globalizada más humana.
Entonces es ineludible intentar respondernos: ¿Cuántos de estos diecisiete puntos tenemos en mente como formas inmediatas para asumir responsables compromisos personales, familiares, sociales y políticos, buscando contribuir a la materialización de dichos propósitos?
En consecuencia, todos tenemos el deber moral y ético de respaldar estos proyectos y programas relacionados con las políticas del DESARROLLO SOSTENIBLE. Junto con lo recogido de mi parte en artículos pasados cuando llamaba la atención sobre: “… como satisfacer las necesidades del presente, sin comprometer los recursos y capacidades de las futuras generaciones”, lo cual implica acceder a un cambio de visión humanista, social, económica y política.
Sin embargo, pende sobre cada uno de los puntos enunciados, una especie de marco idealista o mejor utópico, porque lamentablemente las generaciones presentes carecen de conciencia colectiva y clara sobre las implicaciones que conllevan estas propuestas, dado que viven subsumidas por los imprescindibles alcances que impone a las sociedades modernas el derroche del consumismo, por lo que el adoptar algunas o cada una de estas medidas, supone el tener que renunciar a muchas de los comportamientos que prevalecen actualmente en el mundo moderno y que se contraponen sobre los programas medio ambientales y sociales acá enunciados. En conclusión, debemos tomar partido y emprender campañas de socialización a favor de todas estas declaraciones.
*Secretario Ejecutivo LIDERESOCIAL. lideresocial@hotmail.com