JOSÉ MANUEL HERRERA BRITO

Por: José Manuel Herrera Brito

En aras de mejores barrios, comunas, localidades, centros poblados, veredas, corregimientos, municipios, departamentos, regiones y país, corresponde que todos a una entendamos que no se puede más desangrar los presupuestos, sino propugnar por ser mejores, trabajar en beneficio colectivo en contexto de democracia. Dejar de lado todo agravio, violencia, desmedida ambición, codicia y avaricia. Nunca aferrarnos a horcones ideológicos para arropar perfidias, pescar y engañar incautos, quienes desde la ingenuidad y buenas intenciones creen a pie juntillas que detrás de dichos espejismos hay una idea de buena sociedad, país y Estado, cuando en verdad pululan solo egoístas y personales intereses, arrogancia, demagogia, vanidad y subterfugios miles.

No más dirigentes soportados en distanciamientos, honduras éticas, morales, narcisismo y egolatría, sin ideas y propuestas para integrales de desarrollos, en un tiempo tan inquietante y complejo como el que vivimos. Siguen creyendo en la utilidad de la insulsa palabrería, el insulto y el chamboneo. No vemos un horizonte de cambios, transformaciones. Interesa que tomemos cartas en el asunto. Las situaciones que padecemos no pueden seguir de la misma manera y menos extendida en el tiempo, lo que constituye una amenaza latente si nada hacemos por evitarlo. El presente no es el mejor, el porvenir está ante nosotros y no podemos renunciar a consolidar un bienestar general, lo que sería miserable y nefasto por demás. Esto sí o sí, hay que superarlo so pena de seguir inmerso en todas las ruinas habidas y por haber.

Tenemos que redimirnos y redimir todo. Definirnos de la mejor manera. Redefinir los cauces mejores y superiores. Ir tras los tan esquivos desarrollo y crecimiento, mismos que no viene de afuera ni por arte de magia, sino que surgen del sentimiento de pertenencia que le tengamos a lo nuestro y de la capacidad de gestión y diligencia que tengamos para hacernos sentir en la capital del país, donde se tejen y toman las decisiones. Es reflexionar, re-empezar, superar atavismos, consolidar, edificar, construir liderazgos ciertos y colectivos a todo nivel, leernos, estudiarnos, analizarnos, interpretarnos y ponernos a tono con los avances del mundo.

No más ambigüedades, pernicias, insustancialidades, indecisiones, incertidumbres, odios, favoritismos, recelos, politiquería. Saber a ciencia y conciencia que estamos llamados a trabajar en unidad e incansablemente con la mira puesta en los grandes y superiores propósitos de redención, sobre la base de la colaboración, la comprensión y el conocimiento, como lo exige el hoy, ya que de no hacerlo seguiremos a la vera del camino, viendo impávidos pasar ante nosotros la siempre benefactora prosperidad. saramara7@gmail.com

¿Cómo le pareció el artículo?
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0
+1
0

Por editor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *