lisbeth barraza escorcia

Por: Lisbeth Paola Barraza Escorcia*

La eliminación de toda clase de la violencia contra la mujer en las más de sus formas, tiene que ser en el caso de unos países y seguir siendo en otros, una prioridad importante y urgente de Derechos, en el entendido cierto y exacta comprensión que el derecho de las mujeres, niñas y adolescentes a vivir una vida libre de violencia y discriminación es un principio fundamental del sistema universal y regional de Derechos Humanos, soportados en los derechos fundamentales a la libertad, la igualdad, la no discriminación, la vida y la integridad personal; y si bien en materia de violencia y discriminación contra las mujeres y las niñas se ha avanzado relativa y significativamente; muchos son los desafíos pendientes.

Retos requeridos de buenas prácticas para abordar las causas y consecuencias de la violencia y la discriminación contra las mujeres y las niñas como también para la prevención, protección y acceso a la justicia de las mujeres víctimas de la violencia de género. Sobre los desafíos que aún persisten y superarse deben, se encuentra la prevalencia de leyes discriminatorias contra las mujeres y las niñas; la falta de coordinación entre las autoridades nacionales y locales en el cumplimiento de las obligaciones internacionales; la difusión de discursos y mensajes que perpetúan estereotipos de género y patrones socioculturales discriminatorios; el avance de tendencias contrarias a los derechos de las mujeres, y; la violencia contra las mujeres que desafían los estereotipos asociados a su género.

También, la prevalencia de muchos obstáculos para que las mujeres y las niñas tengan acceso a una justicia equitativa e imparcial en un tiempo razonable. Muchas son las formas de violencia en su contra que siguen persistiendo, como las muertes violentas relacionadas con el género, desapariciones, feminicidios, violencia sexual y obstétrica, matrimonio infantil, uniones de hecho, violencia sexual, embarazos precoces y los embarazos derivados de dicha violencia, el trabajo infantil, la explotación laboral y la trata de personas; a lo que se suma de manera destacada la ausencia de medidas eficientes y basadas en el género para abordar el impacto diferenciado de la violencia y los derechos de las mujeres en contextos de crimen organizado.

Imperativo a todas luces, realizar una reflexión sobre esta clase de violencia, la reclusión a las que muchas veces se ven obligadas, además de agresiones, inestabilidad económica, incertidumbre financiera, sobrecarga de trabajo doméstico y cuidados, el aumento de violencia sexual, asesinatos, lo que amén de alarmarnos, debe hacernos reaccionar con la importancia y urgencia que este particular tema requiere. Adicionalmente, existen algunas mujeres que están en mayor riesgo de sufrir violencia que otras como resultado precisamente de la confluencia de varios factores además de su género, como lo indígena, lo afro, la mayor edad, migrantes, refugiadas y solicitantes de asilo, entre otras consideraciones, se enfrentar día a día múltiples y mayores riesgos de ser agredidas física, psicológica y sexualmente, lo que se incrementa en muchos casos por la xenofobia, el estigma y la discriminación, lo que intensifica la gravedad violencia y aumenta el que sean víctimas de trata, al tiempo que se limita el acceso a los sistemas de protección y a los servicios básicos, de prevención y respuesta a la violencia de género.

*Lideresa Social Comunitaria. Conferencista. Tallerista.

TEMA ENLAZADO: NI CON EL PÉTALO DE UNA ROSA (I)

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