DOCTOR DAVID GONZALO DUARTE GONZÁLEZ,

Por: David Gonzalo Duarte González*

Espacio relevante que participa sustancialmente en el desarrollo es la salud, pilar esencial de la generación de capacidades y puesta en marcha de funcionamientos importantes para la persona y la sociedad. La salud y su estrecha relación con el desarrollo constituyen un camino que debe sí o sí transitarse con premura y pasos seguros, dada su innegable valor.

Salud y enfermedad, definidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) respectivamente como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades; y, alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o menos previsible; son parte de un mismo proceso que es a la vez dinámico e histórico dado que cambia según los sistemas de creencias y condiciones de vida predominantes en cada época, así como con el desarrollo de la ciencia y de la técnica.

La salud ha sido comprendida como la ausencia de enfermedad, desde una lógica de definición por oposición. Galeno (a.C. 131-201 d.C.), nos señala que salud «es lo que se posee cuando uno puede moverse sin dolor dentro del programa elegido», mientras que en 1775 (18 siglos más tarde). Samuel Jonson, indica que consiste en «estar robusto, ileso o carente de malestar, dolor o enfermedad. A pesar de su predominancia a través del tiempo, la estrechez de esta forma de comprender el fenómeno se pone en evidencia con el desarrollo de las sociedades, el avance de las distintas áreas del conocimiento humano y la interacción entre ellas. Por lo que, a partir de fines del S XVIII, se integran a la explicación algunos factores externos aportados por las actividades cotidianas del ser humano, dando nacimiento a diversas ramas de conocimiento dentro de la propia ciencia médica, tales como la epidemiología (estudio de la distribución y los determinantes de estados o eventos (en particular de enfermedades) relacionados con la salud y la aplicación de esos estudios al control de enfermedades y otros problemas de salud /OMS.), higiene social (ciencia estudia la salud de la sociedad en distintas condiciones históricas, en determinados períodos y fases de su desarrollo, considerando que las relaciones sociales de producción son determinantes para el estado de la salud de la sociedad) y salud pública (cuidado y promoción de la salud aplicados a toda la población o a un grupo preciso de la población).

Surgen con la evidencia científica de esta multidimensionalidad, diversas disciplinas, especialmente las pertenecientes al campo de las ciencias sociales, que se complementan para dar explicaciones plausibles en torno a la salud. Así, aparecen escuelas que buscan explicaciones culturales e históricas, donde subjetividad e intersubjetividad emergen, transitando desde lo positivista hacia lo culturalista. De otro lado, los aportes de la investigación sociológica tornan visibles fenómenos marcadamente sociales como son las relaciones de poder entre médicos y pacientes, la vinculación entre estructura social y enfermedad, la institucionalidad en la producción de servicios de salud, el papel de la familia y la sociedad en el reconocimiento de la enfermedad y sus cuidados, entre muchos otros.

Se amplía la comprensión del ser humano y de los fenómenos relacionados con su salud. Se comienzan a estudiar los elementos culturales y sociales vinculados a la salud a la vez que el cuerpo exige el reconocimiento de su subjetividad en la medida que la distancia entre soma y psique se va estrechando, el ser humano y su corporalidad son reconocidos como parte de un ser integral biopsiosocial. En términos cualitativos implica un grande progreso que permite acercarse a lo que es salud más allá de la mera ausencia de enfermedad. Consecuentemente, son tomados como relevantes otros niveles de acción sobre la salud humana como son prevención de la enfermedad, de la salud y asumir que los sistemas de salud deben ser considerados simultáneamente como sistemas sociales y culturales; y no solo sistemas de atención médica curativa.

En definitiva, la salud es un fin en la medida que se pretende lograr un estado de completo bienestar, más es simultáneamente inalcanzable pues asume un carácter estático, contradictorio con la naturaleza del ser humano que es eminentemente dialéctica y gestáltica. En donde los aspectos físico, mental y social forman partes importantes dentro de las aspiraciones al logro del bienestar, pero no son sus únicas dimensiones. Como estado de bienestar natural, no se valora sino cuando se ha perdido o cuando se ha recuperado. La salud más que un estado es un proceso, valorable en la seguridad de su carácter dinámico. Pues todo cuanto ocurre en el entramado social influye en la salud, al tiempo que esta interviene sobre el desenvolvimiento de las propias sociedades en las que se mueve y construye, participando activamente de una dinámica transformadora; donde los límites de dicha relación resultan dificultosamente definibles. Pero sin lugar a dudas, el trabajo cada vez más complementario de las diversas ciencias que ponen su ojo en la salud humana, va alumbrando el sendero de la comprensión de este fenómeno tan relevante como complejo, razón por la que hay que atenderla y cuidarla en extremo.


*David Gonzalo Duarte González. Profesional de la Salud. Especializado en Gerencia en Seguridad en Salud en el Trabajo. dago1286@hotmail.com

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